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sábado, 22 de diciembre de 2012

Palazzo Pitti



El Palazzo Pitti es un gigantesco palacio renacentista en Florencia, Italia. Está situado en la ribera sur del Arno, a muy corta distancia del Ponte Vecchio. El aspecto del actual palacio data de 1485 y era originalmente la residencia urbana de Luca Pitti un banquero florentino. Fue comprado por la familia Medicis en 1549 como residencia oficial de los grandes duques de la Toscana.

En el siglo XIX el palacio fue usado como base militar por Napoleón I y luego sirvió, durante un corto período, como residencia oficial de los Reyes de Italia. A principio del siglo XX el palazzo, junto con su contenido, fue donado al pueblo italiano por Victor Manuele III, por lo que se abrieron sus puertas al público y se convirtió en una de las más grandes galerías de arte de Florencia. Hoy en día sigue siendo un museo público, ampliado con colecciones de arte del siglo XIX y principios del XX.

La construcción de este edificio fue encargado en 1458por el banquero florentino Luca Pitti, amigo y aliado de Cosme de Médicis (1389 - 1464). La historia temprana de este palacio es una mezcla de mito y realidad. Se dice que Luca Pitti quería construir un gran palacio que desbancase el Palacio Médici Riccardi, dando precisas instrucciones sobre el tamaño de las ventanas (que debían ser mayores que el pórtico del Palacio Médici Riccardi). Personalidades tales como Vasari mantuvieron que Brunelleschi fue el verdadero arquitecto del palacio y que su aprendiz Luca Fancelli realizó simplemente la tarea de ayudarlo. Actualmente se atribuye el diseño del palacio a Fancelli.

El palacio original, aunque impresionante, no logró rivalizar en términos de tamaño y contenido con la magnificencias de las residencias de la familia Médicis. El arquitecto iba a contracorriente,  a la moda de la época, pues la mampostería almohadillada de la piedra reforzada por la repetición de vanos y arcadas dan al edificio una apariencia severa y dura, que recuerda más bien a un acueducto del imperio romano. Este diseño ha superado el paso del tiempo, pues la fórmula de su fachada se mantuvo durante las sucesivas ampliaciones del palacio.

El edificio fue vendido, en 1549, por Buonaccorso Pitti, descendiente de Luca, a Leonor Álvarez de Toledo, esposa de Cosme I de Médicis, Gran Duque de Toscana, que había sido educada en la lujosa corte de su padre, Virrey de Nápoles. Al mudarse al palacio, Cosme I encomendó a Vasari la ampliación del palacio para adecuarlo a sus gustos y necesidades. El tamaño del palacio aumentó considerablemente y se construyó un pasadizo elevado desde la antigua residencia real, el Palazzo Vecchio, atravesando los Uffizi y el Ponte Vecchio hasta el Palazzo Pitti.





Además se adquirieron unos terrenos al fondo del palacio en la colina de Bóboli, para crear un gran parque, los Jardines de Bóboli. El diseño original del jardín rodeaba un anfiteatro situado detrás del corps de logis del palacio, en el que se representaban obras de teatro de dramaturgos como Giovanni Battista Cini para la cultivada corte florentina. 

Cuando se terminó el proyecto de los jardines, Bartolomeo Ammanati (uno de los paisajistas de los jardines) centró su atención en la construcción de un gran patio tras la fachada principal, para unir el palacio con lo flamantes jardines. Para que estuviera al mismo nivel que la plaza, se tuvo que excavar en la ladera de la colina del Bóboli. La mampostería acanalada de este patio ha sido copiada en numerosos palacios, como hizo María de Médicis en su residencia parisina de Luxemburgo. Asimismo se introdujeron las finestre inginocchiate (ventanas orantes, ya que se parecen a un reclinatorio), reemplazando los vanos de entrada de ambos lados.

Entre los años 1558 y 1570, Ammanati construyó una escalera monumental, que permitiera acceder con más pompa al piano nobile (piso principal de una gran residencia) y añadió dos alas al palacio que rodeaban al recién creado patio. En el lateral que da al jardín proyectó una gruta, la llamada Grotto de Moisés, y sobre la terraza superior, a nivel de las ventanas del piano nobile, la Fuente de Carciofo, diseñada por Francesco Susini en 1641.

Durante el siglo XVIII se construyeron dos alas perpendiculares, a fin de crear una plaza central frente a la fachada, prototipo del cour d'honneur, luego copiado en Francia. Muchas otras alteraciones y adiciones menores se hicieron a través de los años bajo distintos gobernantes y a cargo de arquitectos diversos. 

El palacio y otros edificios dentro de los Jardines de Bóboli fueron divididos en cinco galerías de arte y un museo que albergan la mayor parte de su contenido original y diversas adquisiciones estatales. Las 140 habitaciones abiertas al público pertenecen a las ampliaciones del núcleo original que se hicieron en los siglos XVII y XVIII. Se conservan interiores antiguos y adiciones posteriores, como el salón del trono. 






El palazzo es en la actualidad un complejo museístico más grande de Florencia. El principal edificio palatino tiene una superficie de 32.000 metros cuadrados. Su división es la siguiente:


  • Galería Palatina: Esta galería es probablemente el más famoso conjunto que antaño formó parte de las colecciones Médicis. Este museo, que atraviesa los apartamentos reales, contiene obras de Rafael, Tiziano, Corregio, Rubens y Pietro da Coronta entre otros. Sigue manteniendo la apariencia de una colección privada, pues las obras de arte están dispuestas a la manera de un palacio, en vez de la colocación típica de los museos. La colección se abrió al público por primera vez a finales del siglo XVIII.
  • Apartamentos Reales: Son un conjunto de catorce estancias, usadas formalmente por la familia Médicis y sus descendientes. En contraste con los grandes salones de la galería palatina, muchos de estos cuartos son pequeños e íntimos que, aunque lujosos y formales, están más acordes a las necesidades cotidianas.
  • Galería de Arte Moderno: Esta enorme colección, que se extiende a lo largo de cuarenta cuadros. Incluye obras de los artistas del movimiento Macchiaioli (movimiento pictórico que se desarrolló en la ciudad italiana de Florencia en la segunda mitad del siglo XIX) y otras escuelas modernas italianas. Las pinturas de este movimiento, junto con la escuela de Toscana del siglo XIX fueron precursores del Impresionismo. En esta galería se exhiben cuadros de los años 1800 hasta 1939.



  • Museo de la Pocelana: Esta colección se abrió al público por primera vez en 1973, instalándose en el Casino del Cavaliere de los Jardines de Bóboli y está compuesta por piezas de las más famosas factorías europeas. Muchas piezas son regalos diplomáticos de cortes extranjeras y otros fueron encargadas por la corte del Gran Duque. 
  • Museo de la Plata: El Museo de la Plata, a veces llamado el Tesoro Médicis, contiene una colección de valiosa platacamafeos, trabajos en gemas semipreciosas y orfebrería de la antigüedad, ambas pertenecientes de Lorenzo de Médicis. 
  • Galería de Trajes: Esta galería, situada en una ala del palacio consta de un conjunto de vestuario teatral, que abarca del siglo XVI al siglo XXI, y las vestiduras funerarias de Cosme I de Médicis, su mujer Leonor Álvarez de Toledo y su hijo García. 
  • Museo de Carruajes: Situado en la planta baja del palacio, este museo muestra carrozas y otros enganches que se usaban en la corte de los siglos XVIII y XIX. Hay una gran variedad de coches de caballos, desde los más sencillos a los más ostentosos.

Comparado con muchos de los grandes palacios de Italia, el Palacio Pitti no destaca, a primera vista, (como lo hacen el Palacio de Turín o el Palacio Real de Caserta). La relevancia arquitectónica del Palacio Pitti es su severidad y simplicidad, una estructura que ha sido copiada repetidas veces a lo largo de la historia. Llama la atención por la magnificencia del tamaño, la fuerza y el reflejo de la luz en la repetitiva estructura de piedra de la fachada. Como en muchos otros palacios italianos, se debe entrar en el edificio para apreciar plenamente su arquitectura. 

En su sexto siglo de existencia, el Palacio Pitti está mejor mantenido y más espléndido que nunca, siendo visita turística obligada de los cinco millones de visitantes que recibe la ciudad anualmente. El edificio sigue impactando a todos los que lo visitan, exactamente para lo que fue construido. 




lunes, 17 de diciembre de 2012

Catedral de Chartres



La Catedral de la Asunción de Nuestra Señora (Cathédrale de l'Assomption de Notre-Dame) es una iglesia catedralística en la ciudad de Chartres en Francia, a unos 80 kilómetros al suroeste de París. Esta catedral marcó un hito en el desarrollo del gótico e inició una fase de plenitud en el dominio de la técnica y el estilo gótico estableciendo un equilibrio entre ambos. Es sumamente influyente en muchas construcciones posteriores que se basaron en su estilo y sus numerosas innovaciones, como las catedrales de Reims y de Amiens a las que sirvió de modelo.

Existen indicios de que el lugar que hoy ocupa la catedral existía desde tiempos anteriores a la era cristiana un altar dedicada a la Diosa Madre de la mitología druídica, siendo esta localidad un importante centro religioso para la tribu celta de los carnutes, pueblo del que deriva el nombre de la ciudad. 

La primera iglesia de que se tiene constancia se construyó alrededor del año 360. Desapareció en un incendio hacia los años 740 y 750 durante el saqueo de los visigodos. Una segunda catedral es destruida por los piratas normandos el 12 de junio de 858. En 1020 otro incendio destruye la catedral , tras lo cual se inicia la construcción de la cripta de una nueva catedral románica. En 1194 un gran incendio devastó gran parte de la ciudad de Chartres incluida casi la totalidad de la antigua Catedral románica. 

Rápidamente se comenzaron las obras de reconstrucción y hacia 1220 el cuerpo principal estaba concluido, en un plazo de 26 años. Se empleó piedra local de unas canteras situadas a unos 8 kilómetros de la ciudad. Conserva del edificio anterior la cripta y la fachada oeste con el Pórtico Real. 

El edificio es de planta ceuciforme con el cuerpo principal de 28 metros, organizado en tres naves. La cabecera, situada al este, tiene un deambulatorio radial con cinco capillas semicirculares. La bóveda central tiene 36 metros de altura, la más alta desde la fecha cuando fue construida. 





La organización en tres naves es original para la época, con la central mucho más alta que las laterales. Esta dificultad constructiva se solía solventar levantando sobre las naves laterales una amplia tribuna cuya cubierta compensaba el peso de la bóveda central reforzando la estructura. En Chartres se suprimió la tribuna quedando tres niveles en el alzado de la nave, arcadas, triforio y ventanales. El triforio es una pequeña galería que se construía en ocasiones sobre la galería y bajo los ventanales para aprovechar el espacio del tejado sobre la tribuna. Tiene cuatro arcos por sección y es un contrapunto de horizontalidad y oscuridad de las arcadas y ventanales. Estos constan de dos vanos y un rosetón que repite la estructura de la puerta principal y que alberga uno de los mejores conjuntos de vidrieras medievales que se conservan. Éstas son célebres por el intenso y bello color azul  empleado, especialmente famoso es la llamada Ventana de la Virgen Azul, de principios del siglo XIII que representa a la Virgen con el niño. De los 186 vitrales originales se conservan 152, ya que en 1753 se sustituyeron algunos de ellos por parte del obispado que pretendía modernizar la catedral. La altura y amplitud de las naves se debe a dos novedades constructivas: 


  1. El abandono de la bóveda sexapartita cuadrangular, que se había utilizado frecuentemente en el siglo XII  en favor de la cuatripartita rectangular. La bóveda sexapartita se basaba en cuatro puntos de apoyo fuertes y dos débiles lo que provocaba a veces una alternancia en el grosor de los soportales. Los ábacos de los capiteles sostenían las haces de fuste de las columnillas adosadas, conectando los pilares con los nervios, lo que causaba una excesiva fragmentación, que se solucionó en Chartres creando un pilar acantonado consistente en un núcleo cilíndrico central, rodeado de cuatro elementos más pequeños que conectan tanto con cubiertas como con las arcadas que las separan.
  2. La otra novedad es el empleo de un tipo de arbotante totalmente desarrollado. Salvo los superiores, añadidos después de la construcción original, los inferiores son dobles, unidos por columnillas radiales que se unen a los contrafuertes externos que se complementan con los contrafuertes internos, ocultos bajo los techos de las naves laterales.

La fachada principal es fruto de diversas intevenciones a lo largo del tiempo. Del incendio se salvaron la torre sur y la base de la norte, los tres portales y los ventanales. El maestro de Chartres desmontó el muro superviviente desplazándolo hacia adelante y añadiendo un gran rosetón  y la galería de los reyes sobre ésta. Al aumentar la altura de la fachada las dimensiones de la torre sur en proporción al resto cambiaron notablemente, por lo que se creó una asimetría que crea un fuerte dinamismo visual. 

El llamado Pórtico Real  se construyó en la década de 1140 para la anterior catedral románica y tiene forma de embudo, lo que posteriormente sería una norma común para las catedrales góticas. Las esculturas y los relieves están inspirados en los del pórtico oeste de la Basílica de Saint Denis que fueron destruidos durante la reforma. Las jambas están decoradas por altas figuras de reyes y personajes del Antiguo Testamento.




El transepto es ancho aunque sobresale poco en la nave principal. Sus fachadas constan de sendos rosetones. Estos se asientan sobre hileras de cinco ventanas, siguiendo las proporciones de la fachada principal y aumentando el efecto de unidad arquitectónica. En un principio se pensó en abrir en ella simples aberturas, pero al final se dotaron de tres pórticos ricamente esculpidos y de dos torres en cada una que quedaron sin concluir. El modelo de rosetones está copiado directamente de Laon, pero los pórticos triples son exclusivos de Chartres.

En el lado norte del pórtico central se muestra la coronación de la Virgen con figuras de profetas y de santos. La Virgen es representada como reina de los Cielos a la derecha de Cristo también coronado. Ambas figuras están rodeados de ángeles con incensarios y en oración y rodeados por una arquería que simboliza el palacio celeste. Ambas figuras son de igual tamaño y ocupan lugares de igual importancia. La segunda arquivolta representa figuras que se cree son profetas del Antiguo Testamento, mientras que la tercera y la cuarta muestran los antepasados del linaje de María. La última arquivolta muestra profetas son libros y pergaminos. En los relieves alrededor del arco narra la creación y caída del hombre.  

El pórtico izquierdo está dedicado a la Natividad y la Anunciación , tema que asimismo se trata en la entrada oeste. Las arquivoltas representan a Sansón, Gedeón, Esther y Judit venciendo a los enemigos que simbolizan las amenazas que pesan sobre la Iglesia. Son célebres la figura llamada Santa Modesta , una imagen femenina con una sonrisa seductora, y una figura que representa a un gordo Salomón en el pórtico derecho.

Las vidrieras del rosetón muestran en su centro la Glorificación de María con ángeles y Espíritu Santo. En el círculo externo figuran reyes y profetas del Antiguo Testamento. Fue donado por la reina Blanca de Castilla en 1230, por lo que muestra en las enjutas debajo de este las armas de Francia y de Castilla alternadas. 

Este portal fue concluido hacia 1270 y cuenta con unas 700 piezas esculpidas. Es posible, asimismo, apreciar la evolución estilística entre las esculturas del siglo XII y aquellas del siglo XIII, dichas esculturas están más desarrolladas que aquellas que se encuentran en la fachada occidental , con vestiduras que caen de forma más natural y los rostros son más espontáneos y realistas. 





El coro, situado al este, es de cinco naves. El principal problema al que se enfrentó el arquitecto fue la unión armónica con la cabecera, ya que la distancia que separa los pilares al rodear el presbiterio debe ser menor, lo que produce una discontinuidad rítmica. Para ello optó por emplear ventanas simples con rosetón de nave principal, reduciendo a la mitas el intercolumnio. El deseo de aprovechar los cimientos románicos complicó el diseño de la cabecera, construyéndose tres capillas profundas sobre las románicas y otras cuatro intercaladas y menos profundas. Al igual que las fachadas del transepto, en el coro hay dos torres inacabadas, una a cada lado.

La cripta de Chartres es enorme, la más grande de Francia, y una de las más grandes de la cristiandad tras San Pedro de Roma y la Catedral de Canterbury. Se pueden apreciar los restos de construcciones anteriores sobre los que se asienta la actual catedral que conforman dos criptas concéntricas. Los restos de la iglesia edificada en época carolingia conforman la base del coro y la girola. Se han realizado excavaciones que muestran restos que se remontan a la época romana.

Aunque la mayoría de la imaginería original se ha perdido, la fachada occidental, es decir, el llamado Pórtico Real, , es especialmente importante gracias a una serie de esculturas de mitad del siglo XII: la portada occidental contiene un magnífico relieve de Jesucristo glorificado, la del trasepto meridional se organiza en torno a unas imágenes del Nuevo Testamento que narra el Juicio Final, mientras que el pórtico opuesto, situado en el lado norte, está dedicado al Antiguo Testamento y al advenimiento de Cristo. 

Uno de los elementos más famosos de la Catedral es el laberinto trazado sobre el pavimento que data de 1205. Es un alicatado circular de 13 metros de diámetro situado en el eje de la nave central en el que baldosas blancas y negras forman un estrecho sendero con múltiples circunvoluciones que conducen al centro. Parece ser que en este círculo central existió una placa de bronce o latón con las figuras de Tesso, Ariadna y el Monotauro. Esta fue retirada y fundida durante la Revolución Francesa para fabricar cañones. En la Edad Media existían numerosas iglesias con laberintos que han ido desapareciendo en épocas posteriores. Las medidas y trazados de este tipo de laberintos tiene un profundo y complejo simbolismo numerológico y filosófico que tiene su origen, al parecer, en conocimientos esotéricos con origen en oriente. El laberinto tiene once círculos concéntricos y tiene la particularidad de tener el mismo diámetro que el rosetón oeste y de distar del umbral de la entrada la misma longitud que la altura de este, por lo que si la fachada se extendiera sobre el suelo interior del rosetón coincidiría con el laberinto. 



domingo, 9 de diciembre de 2012

Arquitectura Románica en Italia (Segunda Parte)




En Florencia, entre el siglo XI y XII se usaron algunos elementos comunes del románico pisano pero con un sello muy propio, caracterizado por una serena armonía geométrica que recuerda las obras antiguas. En el Baptisterio de San Juan esto es evidente en el modo de disponer los elementos exteriores, a través del uso de recuadros, pilastras, arcadas ciegas etc, siguiendo un esquema preciso y modular que se repite en sus ocho lados. El parámetro interno con mármol polícromo, inspirado en el Panteón de Agrippa se concluyó a inicios del siglo XII. Los mosaicos del pavimento datan de 1209 y los del ábside rectangular de 1218, mientras la primera fase del revestimiento externo se cree que es del mismo período. 

Otro ejemplo de este estilo florentino son la Basílica de San Miniato del Monte, iniciada en 1013 y completada en el siglo XIII, que muestra una fachada bícroma y una estructura rigurosa inspirada en el románico lombardo. La pequeña iglesia de San Salvatore al Vesovio y el parámetro incompleto de la fachada de la Abadía Fiesolana, junto a un modesto número de parroquias e iglesias menores completan el cuadro.

Si el estilo no tiene la difusión del románico pisano o lombardo, su influencia fue determinante para el desarrollo sucesivo de la arquitectura, a modo de base sobre la que tomaron inspiración Francesco Talenti, Leon Battista Alberti, Filippo Brunelleschi y otros arquitectos que dieron forma a la arquitectura renacentista.

El panorama toscano es rico también en influencias tramontanas. La Abadía de Sant'Antimo forma parte de una exigua clase de iglesias italianas inspiradas en modelos franceses con naves de ritmo obligado (alternancia entre columnas y pilastras), presbiterio con columnas, deambulatorio de capillas radiales. La enorme difusión de este tipo en Francia hace difícil determinar una filiación directa.

En Umbría algunas iglesias muestran influencias lombardas, aunque combinadas con elementos más clásicos tomados de los vestigios antiguos que han sobrevivido en la región. Es el caso de la iglesia de Santa María Infraportas en Foligno, San Salvatore en Terni o Santa María la Mayor en Asís.





En Las Marcas los modelos ofrecidos por la arquitectura emiliana son reelaborados con originalidad y combinadas con elementos bizantinos. Por ejemplo, la iglesia de Santa María de Portonovo que data del siglo XI) junto a Acona  o la Catedral de San Ciríaco presentan una planimetría de cruz griega con una cúpula en la cruz de los brazos y un pórtico avanzado en la fachada que encuadra un portal fuertemente abocinado.

En el Lacio septentrional los influjos lombardos filtrados a través de la Umbría fueron fecundados por la ininterrumpida tradición clásica: en Montefiascone con la iglesia de San Flaviano, iniciada en el siglo XII), en Tarquina con la iglesia de Santa María a Castello, iniciada en 1121, en Viterno con varias basílicas, todas decoradas probablemente por maestros lombardos que en algunos casos participaron también en la definición de la arquitectura.

Especial es la iglesia de Santa María Mayor de Tuscania construida en dos fases desde el siglo XII hasta 1206, donde el portal presenta columnas sobre leones y la representación de la Virgen sentada con el Niño en las piernas. También en Tuscania se yergue la Iglesia de San Pedro, caracterizada por un rosetón.

En Roma se produjo una etapa de continuidad respecto a las basílicas paleocristianas, con figuras de pontífices fuertes. En Santa María Cosmedín (Siglo XII, luego reedificada) fueron usadas pilastras alternadas con columnas, estas últimas sin función portante. Más interesante fue el panorama de la pintura y el mosaico, con grandes canteras para la decoración interna de la Basílica de San Clemente, de Santa María de Trastévere y de Santa María Nueva, donde prevalecieron motivos constantinopolitanos.

Una impronta duradera dejaron los maestros del mármol en el estilo cosmatesco, cuya actividad superó los confines del Lacio. Sus elaboradas taraceas con mármol y teselas de varios materiales de piedra fueron aplicados en pavimentos, púlpitos, ciborios, altares, cátedras, candelabros pascuales, etc. También se emplearon para decorar espacios arquitectónicos más complejos y variados, como el claustro de San Juan de Letrán, con las parejas de columnas de fustes alternadamente lisos, en espiral o mezclados y con números variados de mosaicos. 





Una de las más importantes canteras en Catania en la época románica fue la reconstrucción de la Abadía de Montecassino (hoy en día ya no existe). La basílica fue construida según el modelo de las romanas y el único recuerdo que queda de ellas está en la iglesia de Sant'Angelo en Formis erigida en 1072.

En los edificios del siglo XII y XIII se encuentran fuertes influjos árabes-sicilianos y moriscos, como en la Catedral de Caserta Vecchia con ventanas de hierro en el transepto y arcos cruzados que se apoyan sobre columnas en el Claustro de los Capuchinos (1212) y en la Catedral (1266 - 1268) en Amalfi, mientras que en Salerno se destacan las obras de mosaicos y aplicaciones cosmatescas con influencias islámicas.

Apulia y sus puertos eran usados por los peregrinos que se dirigían a Tierra Santa y fueron también el punto de partida para muchos cruzados  en 1090. El gran flujo de personas determinó la recepción de una gran variedad de influjos que se manifestó también en la arquitectura.

Uno de los edificios más representativos es la Basílica de San Nicola en Bari, iniciada en 1087 y terminada hacia finales del siglo XII. Externamente tiene un aspecto macizo, más parecido a una fortaleza, con una fachada cerrada a los lados por dos torres incompletas. La decoración con galerías de arcos y la presencia de un pórtico avanzado con columnas sobre leones en la fachada recuerdan las características lombardo-emilianas.

La Catedral de San Valentín en Bitonto es considerada la expresión más completa del románico de Apulia. Construido entre el siglo XI y el siglo XII, presenta una fachada tripartita por pilastras y decorada con arcos  pensiles. También posee un rosetón de dieciséis brazos rodeado de dos esfinges.

Otra construcción importante la encontramos en la Catedral de Trani, concluida a mediados del siglo XIII. fue construida según el modelo de la Basílica de San Nicola de Bari. Es un punto de referencia luminoso, gracias a la blancura de la toba caliza empleada. Otras influencias se encuentran en las iglesias de los santos Nicola y Cataldo en Lecce del año 1180, o en la Catedral de Troya, de 1119, esta última con influjos pisanos en el registro inferior, armenios en los relieves de arquitrabe, musulmanes en los capiteles y bizantinos en las puertas de bronce.




Palermo y Sicilia muestran durante ese período muchas influencias diversas debidas a las circunstancias históricas, políticas y religiosas que se sucedieron en aquellos siglos: los siglos IX y X fueron de dominio árabe, entre 1016 y 1091 sucedió la conquista normanda, y finalmente el nacimiento del reino de Sicilia fueron eventos que produjeron un proceso de compleja estratificación cultural.

Típicamente árabes, en Palermo son los edificios de la Zisa (1154 - 1189), que presenta una decoración con bóvedasde alveolos, la Cuba (1180), o las cúpulas semiesféricas de la iglesia de San Giovanni degli Eremiti (construida aproximadamente en 1140) con planta cruciforme.

Bizantinas se yerguen las iglesias de Martorana (de 1143) y la Capilla Palatina de Palermo en el Palacio de los Normandos, cubiertas por mosaicos. En la capilla palatina se unió la planta de cruz griega para el presbiterio y el cuerpo basilical en la nave. Los mosaicos presentan un esquema más original con respecto a la estrecha observancia de la Martorana. En la sala de Rogelio I en el Palacio de los Normandos se encuentra un ciclo profano con escenas de jardines y de caza, diversiones preferidas por los soberanos.

Otros importantes ejemplos de edificios de la época son las catedrales de Cefalú (1131 - 1170) y de Monreale (1172 - 1189). En ambas se encuentran mezcladas varias influencias que van desde las experiencias cluniacenses en la zona del ábsidea las galerías de arcos típicamente lombardas (Cefalú) a los cruzados (Monreale) de influencia árabe, a las dos torres en la fachada que recuerdan modelos transalpinos, introducidos por los normandos.



jueves, 29 de noviembre de 2012

Arquitectura románica en Italia (Primera Parte)



La arquitectura románica italiana cubre un período de producción más amplio que en otros países europeos: desde los precoces ejemplos de los últimos decenios del siglo XI hasta, en algunas regiones, todo el siglo XIII.

Como en todo lo románico, muchos elementos arquitectónicos son usados no solo funcionalmente sino también simbólicamente. Sin embargo, también hay elementos propios que se derivan de la situación geográfica y circunnstancial de Italia: el hecho de que Sicilia estuviera en manos de los musulmanes y que buena parte del sur de Italia fuera parte de Bizancio implica una serie de influencias que son propias de Italia. 

Otro elemento propio es la reutilización y uso de los templos paleocristianos o basílicas de la antigüedad adaptándolos a los modos de la arquitectura románica. De allí la mayoría de las iglesias de una sola nave con el esquema básico de los monumentos funerarios utilizados por los primeros cristianos. 

El panorama artístico es muy variado con románicos regionales de características propias. Gran variedad se da también por los materiales usados que dependían mucho de la disponibilidad local, ya que las importaciones resultaban muy costosas. En Lombardía el material más usado fue el ladrillo por la naturaleza arcillosa del terreno, mientras que en Como había una buena disponibilidad de piedras. En la Toscana no son raros los edificios de mármol blanco de Carrara con injertos de mármol serpentino verde, en Apulia se usa la clara toba caliza. Desde Roma hacia el sur el románico tiende a desaparecer dejando sitios a influencias bizantinas o árabes.

Las principales zonas de desarrollo de arquitectura románica son: 

  • La zona lombarda y emiliana, que influyó a buena parte del norte de Italia desde el Véneto hasta Liguria
  • Venecia con características peculiares influidas por el arte bizantino
  • La zona de influencia pisana: Toscana septentrional hasta Pistoia y Cerdeña
  • El románico florentino 
  • Las Marcas, Umbría y el Alto Lazio con influjos de otras corrientes
  • Roma
  • La zona campana
  • La zona de Apulia
  • Sicilia y Calabria

La Lombardía, más amplia que en nuestros días, comprendía Emilia y otras zonas vecinas. Fue la primera región que recibió las novedades artísticas de más allá de los Alpes, gracias al movimiento de artistas lombardos en Alemania y de los mismos alemanes que llegaban a la zona.




Estas influencias fueron reelaboradas siguiendo esquemas italianos, como los de la Abadía de Pomposa, con un campanario iniciado en 1063. En dicha abadía se puede observar una original decoración en dos colores por el uso de ladrillos blancos y rojos, y por primera vez en Italia, la fachada aparece decorada con esculturas (en realidad se trata de bajorrelieves esculpidos). El campanario está aislado con relación al cuerpo de la iglesia, decorado con bandas verticales (las llamadas bandas lombardas) y lesenas (arquillos) que dan la impresión de movimiento de los muros, perforado por la apertura de ventanas con arcos cada vez más amplios.

Imponente es el precoz ejemplo de la Basílica de San Abundio en Como, con cinco naves cubiertas con vigas de madera, con un doble campanario al estilo de los Werkwerk alemanes y una decoración del muro exterior con arcos ciegos y lesenas, además de un notable corredor escultórico.

Entre finales del siglo X y comienzos del XII, en estilo románico madruro se reconstruyó la Basílica de San Ambrosio en Milán, dotándola de bóveda de arista y un diseño racional, con una perfecta entre el diseño de planta y los alzados. 

Otros desarrollos han quedado testimoniados por la Basílica de San Miguel en Pavía, con la fachada constituida por un único y gran perfil pentagonal a doble vertiente, dividido en tres partes mediante contrafuertes verticales, en la parte alta decorada por dos galerías simétricas de arcos sobre columnas, que siguen el perfil de la cubierta. El modelo de esta iglesia se tomó de las iglesias de Pavía como San Teodoro o San Pietro in Ciel d'Oro y fue desarrollado en la Catedral de Parma y en la Catedral de Piacenza.

La Catedral de Módena es uno de los testimonios más coherentes de toda la arquitectura románica. Fundada en el año 1099 y obra del arquitecto lombardo Lanfranco, fue construida en pocas decenas de años y no presenta influjos góticos significativos. Con tres naves privadas de crucero y tres ábsides estaba cubierta por cerchas de madera, que fueron sustituidas por bóvedas de arista en el siglo XV. La fachada con pendientes refleja la forma interna de las naves y está dividida en tres por dos poderosas pilastras, mientras el centro está dominado por un pórtico avanzado de dos pisos que se sostienen en columnas sobre leones. La serie continua de galerías a la altura del matroneo, encerradas por arcadas ciegas que rodean la catedral, crean un efecto de claroscuro, muy copiado en construcciones posteriores. 

En el Piamonte las influencias lombardas se sumaron a las del románico francés, provenzal en la Sacra di San Michele o en la Colegiata de San Orso en Aosta. En la Liguria el lenguaje estilístico fue filtrado y mezclado con influencias pisanas y bizantinas, como en la Catedral de Ventimiglia o en las iglesias genovesas de Santa María delle Vigne y San Juan de Pré.





En Venecia, la obra maestra arquitectónica de este período fue la construcción de la Basílica de San Marcos. Fue iniciada por Doménico Contarini en 1063 sobre un palacio preexistente, funcionaba como capilla palatina del Palacio Ducal. La construcción de la basílica no concluyó hasta el siglo XIV, pero el estilo se mantuvo unitario y coherente ante los diversos influjos artísticos que pudo sufrir durante los siglos.

La basílica es una conjunción única entre arte bizantino y occidental. La planta es de cruz griega con cinco cúpulas distribuidas en el centro y a lo largo de los ejes de la cruz, rodeadas de grandes arcos. Las naves, tres por brazo, están divididas por columnatas que confluyen hacia los pilares que confluyen hacia los pilares que sostienen las cúpulas, las cuales se realizaron ariculados con cuatro pilares y una cúpula más pequeña.

El exterior fue decorado tras la toma de Constantinopla en 1204, con placas de mármol, columnas polícromas y estatuas robadas de la capital bizantina. Durante el mismo período se realizaron las cúpulas y se diseñó la plaza porticada de San Marcos. El interior está realizado por mosaicos que fueron realizados entre el inicio del siglo IX hasta el XIII.

El románico pisano se desarrolló en Pisa, entre los siglos XI y XIII, incluyendo las zonas de Córcega y Cerdeña y a una zona de la Toscana septentrional, desde Lucca hasta Pissoia. El carácter marítimo de la potencia pisana y la peculiaridad de los elementos propios de su estilo, permiten que la difusión del románico pisano se extendiese más allá del área de influencia política de la ciudad.





La primera realización fue la Catedral de Pisa, iniciada en 1063. Como en Venecia, la arquitectura pisana recibió influencias de Constantinopla y de Bizancio en general. Elementos de posible influjo bizantino son los matroneos (balcón o logia en el interior de un edificio, se los encuentra generalmente en las iglesias) y la cúpula elíptica con coronamiento de bulbo. Los elementos orientales fueron según el gusto local, llegando a formas artísticas de notable originalidad. 

Elementos típicos del románico pisano son el uso de las galerías de columnas, inspiradas en la arquitectura lombarda, multiplicada hasta cubrir enteras fachadas, y de arcadas ciegas, el tema del rombo, una de las características más reconocibles, derivado de modelos islámicos norteafricanos y la bicromía alternada, derivada de modelos de España musulmana.

Otros ejemplos en Pisa son la célebre Torre, iniciada en 1173, el primer anillo del Baptisterio, la iglesia de San Paolo a Ripa d'Arno y la iglesia de San Michele in Borgo. 

Desde Pisa el nuevo estilo llegó a Lucca influyendo el primitivo romano que se conserva en la Basílica de San Frediano y en la iglesia de Sant'Alessandro Maggiore. La iglesia de San Michele in Foro, la fachada de la catedral de San Martino, concluida en 1205, representan una evolución del estilo pisano a formas aun más ricas en cuanto a la decoración, sacrificando la originalidad arquitectónica. En Pistoya el uso del mármol serpentino unido a bandas alternadas de mármol blanco creó efectos de bicromía. Decenas de parroquias siguen el estilo pisano, adaptándose a la disponibilidad económica de las poblaciones. 




miércoles, 21 de noviembre de 2012

Escuela de la Bauhaus



La Staatliche Bauhaus (Casa de Construcción Estatal), o simplemente la Bauhaus fue una escuela de diseño, arte y arquitectura fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar (Alemania) y clausuradas por las autoridades prusianas, en manos de los nazis, en el año 1933. El nombre Bauhaus deriva de las palabras en alemán Bau (construcción) y Haus (casa), irónicamente y a pesar de que su fundador fuera un arquitecto, la Bauhaus no tuvo un departamento de arquitectura en los primeros años de su existencia. 

Sus propuestas y declaraciones de intenciones participaban de la idea de una necesaria reforma de las enseñanzas artísticas para una consiguiente transformación de la sociedad de la época, de acuerdo con la ideología socialista de su fundador. La primera fase (1919 - 1923) fue idealista y romántica, la segunda (1923 - 1925) mucho más racionalista y en la tercera (1925 - 1929) alcanzó su mayor reconocimiento, coincidiendo con su traslado e Weimar a Dessau. En 1930, bajo la dirección de Mies van der Rohe se trasladó a Berlín donde cambió por completo la orientación de su programa de enseñanza.

La Bauhaus sentó las bases normativas y patrones de lo que hoy conocemos como diseño industrial y gráfico. La escuela estableció los fundamentos académicos sobre los que se basaría una de las tendencias más predominantes de la nueva Arquitectura Moderna, incorporando una nueva estética que abarcaría todos los ámbitos de la vida cotidiana.

La fundación de la Bauhaus se produjo en un momento de crisis y caos en el conjunto de Europa, especialmente en Alemania. Su creación se debió a un conjunto de desarrollo político, social, educativo y artístico en los dos primeros decenios del siglo XX. 




En el momento de su fundación, los objetivos de la escuela, definidos por Walter Gropius, en un manifiesto fueron: La recuperación de los métodos artesanales en la actividad constructiva, elevar la potencia artesana al mismo nivel que las Bellas Artes e intentar comercializar los productos que, integrados en la producción industrial, se convertirán en objetos de consumo accesible para el gran público, ya que una de sus metas era independizarse y comenzar a vender los productos elaborados en la Escuela, para dejar de depender del Estado, que hasta ese momento era quien los subsidiaba. La Bauhaus se formó cuando Gropius une la escuela de artes con la escuela de artes aplicadas, transformándose en la primera escuela de diseño del mundo.

Entre los primeros estudiantes se encontraban Marcel Lajos Breuer y Joost Schmit, que alcanzaron cierto éxito. Los estudiantes se mostraban flexibles y dispuestos a realizar todo tipo de trabajos, por tanto salían de la escuela sabiendo dibujar, modelar, fotografiar o diseñar muebles. La escuela disponía de talleres de ebanistería, diseño, teatro cerámica, tejido, encuadernación, vidriería, aunque carecía de talleres de escultura y pintura en el sentido tradicional.

El taller de teatro, dirigido por Oskar Schlemmer, era considerado muy importante dentro del programa de la escuela por su naturaleza de actividad social, que combinaba diversos medios de expresión. Decorados, vestuarios, etc, formaban parte de las prácticas de los alumnos. Fueron famosas las obras de Schlemmer, sobre todo el Ballet Triádico, obra estrenada en el teatro de Stuttgart.

Paul Klee llegó a la escuela en 1920. Persona muy culta, muy interesado por los problemas teóricos del arte. Desarrolló su actividad en el taller de tejidos, dando clases de composición. Su enseñanza se basaba en las formas elementales, de las que, según él, se derivaban todas las demás. El arte debía descubrir esas formas, desvelarlas, hacerlas visible. Preparaba las clases escribiendo en unos cuadernos que, posteriormente se editaron en forma de libro. Paul Klee se retiró en 1933.




En 1922 Kandinsky se incorpora al proyecto. Había participado en las reformas educativas en la época de la revolución rusa, fundando en la Unión Soviética varias escuelas. Durante ese tiempo mantuvo correspondencia con Gropius. Cuando la revolución rusa comenzó a sufrir dificultades y comenzaron las disputas y purgas políticas, Kandinsky decidió trasladarse a la Bauhaus. Su prestigio, tras la publicación de su libro De los espiritual en el arte en 1911 y sus primeras obras abstractas de 1910, era por entonces ya muy grande. Sustituyó a Schlemmer en el taller de pintura mural y dio clases con Paul Klee en el curso de diseño básico. Su mente teórica fue decisiva para iniciar el camino hacia el arte más intelectual y razonado, donde utilizaban el alma del objeto para esculpirla en la tela con rasgos abstarctos. 

La primera etapa culmina con la necesidad de cambio de sede de la escuela propiciado por la gran depresión. En 1923 se estrena la sede en Dessau. Esta primera etapa se puede sintetizar como una fase de experimentación de formas, productos y diseños.

En 1923, Theo van Doesburg, fundador en los Países Bajos del neoplasticismo, pintor, arquitecto y teórico, comienza a publicar la revista Der Stijl en Weimar, ejerciendo una influencia decisiva en los estudiantes y en Gropius que acabaría llevando a la escuela a tomar otro rumbo. 

A partir de 1923 se sustituye la anterior tendencia expresionista por la Nueva Objetividad, un estilo expresionista de pintura, aunque mucho más sobrio que se estaba imponiendo en toda Alemania. La incorporación a la Bauhaus de László Móholy-Nagy, un artista muy cercano a van Doesburg, supuso la introducción en la escuela de las ideas del constructivismo ruso de Lissisky y Tatlin, que abogaban por un arte comunal, basado en la idea y no en la inspiración. De esta época dantan algunos de los más importantes escritos teóricos de la Bauhaus en el ámbito de la pintura. Paul Klee escribe Vías de estudio en la naturaleza, mientras que Kandinsky publica Punto y línea sobre el plano.

En 1928 László Moholy-Nagy, tras cinco años de docencia, abandona la Bauhaus, decisión tomada ante la creciente presión que ejerce el grupo de docentes y alumnos de tendencia comunista. En 1932 el partido nazi decide cerrar la escuela, por lo que Mies van der Rohe traslada la Bauhaus a Berlín con fondos ganados de la ilegalidad del cierre de contratos.

Tras 1933, gran parte de los integrantes de la Bauhaus marcharon a los Estados Unidos, en donde se desarrolló una especie de la continuación de la Bauhaus hasta la Guerra Fría. En 1951 el arquitecto y escultor suizo Max Bill, siguiendo los lineamientos de la Bauhaus original fundó en Ulm (Alemania) la Escuela Superior de Proyectación, que recupera pronto la denominación de Bauhaus, o para diferenciarla de la inicial, Nueva Bauhaus, de la cual fue director, entre 1954 - 1966, el pintor y diseñador argentino Tomás Maldonado, quien enfatizó aún más con el carácter científico y racionalista aplicado a las artes.







sábado, 10 de noviembre de 2012

Santa María Novella



La basílica de Santa María Novella es una iglesia de Florencia (Italia) situada en el noroeste de la parte antigua de la ciudad, en la plaza del mismo nombre. Especialmente famosos son los frescos de maestros del Gótico y del Renacimiento temprano. Ellos fueron financiados gracias a la generosidad de las familias florentinas más importantes. 

En el siglo IX existía un pequeño oratorio dedicado a Santa María de la Viña, y allí se levantó en 1049 la iglesia de Santa María Novella, concedida, en 1221 a doce frailes dominicanos, quienes guiados por Fra Giovanni Salerno habían llegado a la ciudad provenientes de Boloniados años antes. La ampliación comenzó en 1279 y se terminó a mediados del siglo XIII.

La fachada de mármol se encuentra entre las obras más importantes del Renacimiento florentino. La primera intervención se realizó en 1350, cuando la zona fue recubierta de mármol blanco y verde. De aquella época datan los seis nichos de las dos portadas laterales, de estilo gótico, así como la ornamentación de mármol a recuadros. En uno de esos nichos Giovanni Boccaccio ambientó uno de sus relatos del Decamerón. Los nichos continúan a lo largo de la pared oriental externa de la iglesia y alrededor del recinto del cementerio. En uno de ellos está enterrado el pintor Domenico Ghirlandaio.

Por encargo de la familia Rucellai, Leon Battista Alberti diseñó la gran puerta central, los frisos y el complemento superior de la fachada, en mármol blanco y verde oscuro, finalizado en 1420. Armonizó los elementos previos, de estilo gótico, con los nuevos, netamente renacentistas. Las incrustaciones bicolores se inspiran en el románico florentino, en concreto en la basílica de San Miniato al Monte. Alberti también ideó las dos volutas que permiten salvar la distancia existente entre la nave central y las laterales. La voluta de la derecha fue recubierta de mármol en 1920.




La fachada consta de dos volutas que unen el cuerpo central con los laterales, confiriendo proporción a la obra. El empleo de un frontón clásico es otro elemento tomado de la Antigüedad. La relación armónica entre el ancho cuerpo inferior y el mucho más estrecho superior de la fachada la resolvió con las dos volutas, motivo de gran repercusión en la arquitectura religiosa del siglo XVI. 

Asimismo se puede observar el empleo de muchas formas geométricas en la obra, como los cuadrados que hay entre las pilastras de la parte suprior de la fachada, círculos como los que hay en las volutas y en el frontón, etc. La fachada tiene un arco de medio punto característico de la arquitectura clásica. En el semicírculo delimitado por los capiteles de las pilastras y el arco de medio punto, se observa una moldura con una escena religiosa. La combinación de rectángulos y los materiales empleados, de acuerdo a la tradición medieval florentina, prestan especial belleza al conjunto. . SE recuperan las superficies con incrustaciones geométricas del románico florentino. Se puede apreciar la intención de resaltar el portón de la iglesia por la colocación de múltiples elementos decorativos:


  • Pilastras que dan estética y proporción al espacio ocupado por el portón
  • El arco de medio punto le confiere estabilidad y lo dota de armonía y belleza
  • La colocación de molduras de color marrón oscuro con formas irregulares alrededor del portón consigue contrastarlo con las otras formas ya mencionadas
  • La colocación final de dos grandes pilastras de mármol verde encuadra todos los recursos decorativos del portón al conjunto de la fachada
  • Cerca de la base de la fachada se encuentran diversos arcos apuntados adornos con mármol rojo y blanco alternativamente, lo que le confiere más proporción a la obra
  • En la cumbre tenemos una cruz latina hecha de un núcleo de hierro y recubierta de oro puro



En el interior, el templo presenta una planta de cruz latina, dividida en tres naves separadas por pilastras que sostienen arcos ojivales, un característico estilo cisterense en el que se destaca el espacio y la luz. Si la arquitectura de este centro religioso ya por sí sola es una parada obligatoria para el viajero, en su interior Santa María Novella contiene un buen puñado de obras de arte de primer nivel.

A la derecha delcrucero se encuentra la Capilla Rucellai, decorada con frescos del siglo XIV. La capilla del altar mayor es la famosa Capilla Tornabuoni, cuyos muros fueron decorados con frescos por Domenico Ghirlandaio, teniendo a Miguel Ángel como ayudante. 

  • Capilla Gondi: Esta capilla diseñada por Giuliano da Sangallo está situada en el lado izquierdo del altar principal y data de finales del siglo XIII. Aquí en la pared del fondo se encuentra el famoso crucifijo de madera de Brunelleschi, una de sus pocas esculturas. La bóveda contiene fragmento de frescos de los pintores del siglo XIII.
  • Capilla Strozzi di Mantova: Esta capilla se encuentra en el extremo del transepto izquierdo. Los frescos fueron encargados por Tommaso Strozzi a Nardo di Cione (1350 - 1357). Dichos frescos están inspirados en la Divina Comedia de Dante, se trata de El Juicio Final (en la pared del fondo, incluyendo un retrato de Dante), El Infierno (en la pared derecha) y El Paraíso (en la pared izquierda). 
  • Capilla Della Pura: Esta capilla está situada al norte del cementerio viejo. Fue construida con columnas renacentistas y data de 1474, habiendo sido restaurada en 1841 por Baccani. Del lado izquierdo existe una luneta con un fresco del siglo XIV: Virgen con niño y Santa Catalina
A la izquierda del templo se abre el llamado Claustro Verde, un espacio en estilo románico construido en 1350 por Fra Giovanni da Campi, llamado así por los frescos sobre escenas del Antiguo Testamento que lo decoran, en donde predomina el color verde, pintados por Paolo Uccello. En la galería este del claustro se abre la Capilla de los Españoles, lugar en el que se celebraban los oficios religiosos para la esposa de Cosme I de Medici, Eleonora de Toledo. Se trata de la antigua Sala Capitular del convento que Iacopo Talenti construyó en 1359 para honrar a santo Tomás de Aquino. Los frescos fueron pintados por Andrea di Firenze. Otro de los espacios del convento es el claustro de los muertos , construcción de época  románica, en la que están enterrados buena parte de las familias florentinas.




lunes, 5 de noviembre de 2012

Iglesia Abacial de Sainte Foy



La iglesia abacial de Sainte Foy de Conques es una iglesia abacial situada en la comuna francesa de Conques, en el departamento de Aveyron. Es considerada una pieza maestra de la arquitectura románica del sur de Francia, siendo especialmente célebre por su tímpano y por su tesoro que incluye obras de arte únicas datadas en el período carolingio. El interior se presenta decorado con vitrales de Pierre Soulages. Esta abadía fue fundada por el abad Dadon bajo la protección de Carlomagno. 

La construcción de la abadía fue iniciada entre 1041 y 1052 por el abad Ordorlic, quedando su cabecera finalizada antes de 1065. Posteriormente los trabajos languidecieron un tanto y la nave no fue concluida a principios del siglo XII, lo que la enmarca dentro del arte y arquitectura románica. Es posible que el monumento haya sido modificado en pleno trabajo de construcción.

Ha sido construida siguiendo una planta clásica en cruz, si bien debido a la configuración del terreno en pendiente el transepto es más largo que la nave. Las dos torres de fachada datan del siglo XIX.

Por su arquitectura la iglesia abacial se relaciona con una serie de cinco edificios: la basílica de Saint Martin de Tours, Saint Martial de Limoges, Saint Sernin de Toulouse y la Catedral de Santiago de Compostela presentando un conjunto de características comunes: planta con deambulatorio y capillas radiales y transepto provisto de naves laterales para facilitar la circulación de los peregrinos. Estos rasgos comunes se extienden igualmente a la elevación y al sistema de contrafuertes.

En la fachada occidental una profunda arquivola de bóveda de cañón con arco de medio punto acoge al tímpano del Juicio Final, una de las obras fundamentales de la escultura románica en Francia por sus cualidades artísticas, su originalidad y por las propias dimensiones de la obra. En el conjunto aparecen 124 personajes y está dividido en tres niveles distintos.





El interior de esta iglesia abacial es de una enorme simplicidad: la bóveda, muy alta, es de 22 metros de altura, el coro está rodeado por un deambulatrio que permite a los fieles desfilar alrededor de las reliquias. El deambuatorio está provisto de espléndidas rejas fechadas en el siglo XII. La sacristía está decorada con frescos del siglo XV que muestran escenas del martirio de la santa. Al fondo del transepto izquierdo podemos admirar un altorrelieve que representa la Anunciación, esculpido por el mismo artista que ejecutó el tímpano. Los vitrales de la iglesia, obra de Pierre Soulages, otorgan un aspecto contemporáneo a la atmósfera sobria y recogida del edificio.

Los capitales constituyen un magnífico ejemplo de arte romántico. El más antiguo de dichos capiteles parece ser aquel que nos presenta a San Pedro crucificado cabeza hacia abajo. Igualmente existen capiteles entrelazados. También son destacables los temas iconográficos relativos a las cruzadas.

Al sur de la iglesia subsisten algunos vestigios del claustro, desaparecido en el siglo XIX, entre ellos seis vanos geminados en la galería occidental. El lugar fue utilizado durante mucho tiempo como fuente de suministro de piedras para la construcción de las casas del pueblo de Conques.

La construcción del claustro entre los siglos XI y XII comportó una auténtica floración de capiteles. Diecinueve de ellos siguen aun en la galería occidental junto al antiguo refectorio. Otros se encuentran exhibidos en el museo de lápidas. Algunos de ellos desaparecieron a raíz de la ruina y destrucción del claustro, hacia el año 1830.




Expuesto en el antiguo refectorio de los monjes, la sección de orfebrería religiosa es la más completa de las colecciones de orfebrería religiosa francesas, abarcando desde el siglo IX hasta el siglo XVI, incluyendo especialmente relicarios manufacturados por artistas locales fechados en el siglo XI.

La pieza estrella del tesoro es la estatua relicario de Santa Fe, la que está en el origen de la prosperidad de la abadía y cuya reliquia fue robada en la ciudad de Agen. Fechada en el siglo X, está compuesta por placas de oro y plata sobre un bastimento de madera. Con el transcurso de los años se le han añadido varias joyas. 

Puede admirarse también la A de Carlomagno en plata dorada recubierta de madera. Según cuenta la tradición legendaria el emperador habría dotado a cada abadía con una letra del alfabeto, atribuyendo a la de Conques la letra A como símbolo de su excelencia. Otros tesoros a admirar son el relicario de Pipino, la linterna de Begon o el brazo relicario de Sainte Georges. Todos estos tesoros de la arquitectura y la orfebrería no hubieran sobrevivido a nuestros días de no ser por la protección dispersada por Prosper Mérimée.