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sábado, 10 de noviembre de 2012

Santa María Novella



La basílica de Santa María Novella es una iglesia de Florencia (Italia) situada en el noroeste de la parte antigua de la ciudad, en la plaza del mismo nombre. Especialmente famosos son los frescos de maestros del Gótico y del Renacimiento temprano. Ellos fueron financiados gracias a la generosidad de las familias florentinas más importantes. 

En el siglo IX existía un pequeño oratorio dedicado a Santa María de la Viña, y allí se levantó en 1049 la iglesia de Santa María Novella, concedida, en 1221 a doce frailes dominicanos, quienes guiados por Fra Giovanni Salerno habían llegado a la ciudad provenientes de Boloniados años antes. La ampliación comenzó en 1279 y se terminó a mediados del siglo XIII.

La fachada de mármol se encuentra entre las obras más importantes del Renacimiento florentino. La primera intervención se realizó en 1350, cuando la zona fue recubierta de mármol blanco y verde. De aquella época datan los seis nichos de las dos portadas laterales, de estilo gótico, así como la ornamentación de mármol a recuadros. En uno de esos nichos Giovanni Boccaccio ambientó uno de sus relatos del Decamerón. Los nichos continúan a lo largo de la pared oriental externa de la iglesia y alrededor del recinto del cementerio. En uno de ellos está enterrado el pintor Domenico Ghirlandaio.

Por encargo de la familia Rucellai, Leon Battista Alberti diseñó la gran puerta central, los frisos y el complemento superior de la fachada, en mármol blanco y verde oscuro, finalizado en 1420. Armonizó los elementos previos, de estilo gótico, con los nuevos, netamente renacentistas. Las incrustaciones bicolores se inspiran en el románico florentino, en concreto en la basílica de San Miniato al Monte. Alberti también ideó las dos volutas que permiten salvar la distancia existente entre la nave central y las laterales. La voluta de la derecha fue recubierta de mármol en 1920.




La fachada consta de dos volutas que unen el cuerpo central con los laterales, confiriendo proporción a la obra. El empleo de un frontón clásico es otro elemento tomado de la Antigüedad. La relación armónica entre el ancho cuerpo inferior y el mucho más estrecho superior de la fachada la resolvió con las dos volutas, motivo de gran repercusión en la arquitectura religiosa del siglo XVI. 

Asimismo se puede observar el empleo de muchas formas geométricas en la obra, como los cuadrados que hay entre las pilastras de la parte suprior de la fachada, círculos como los que hay en las volutas y en el frontón, etc. La fachada tiene un arco de medio punto característico de la arquitectura clásica. En el semicírculo delimitado por los capiteles de las pilastras y el arco de medio punto, se observa una moldura con una escena religiosa. La combinación de rectángulos y los materiales empleados, de acuerdo a la tradición medieval florentina, prestan especial belleza al conjunto. . SE recuperan las superficies con incrustaciones geométricas del románico florentino. Se puede apreciar la intención de resaltar el portón de la iglesia por la colocación de múltiples elementos decorativos:


  • Pilastras que dan estética y proporción al espacio ocupado por el portón
  • El arco de medio punto le confiere estabilidad y lo dota de armonía y belleza
  • La colocación de molduras de color marrón oscuro con formas irregulares alrededor del portón consigue contrastarlo con las otras formas ya mencionadas
  • La colocación final de dos grandes pilastras de mármol verde encuadra todos los recursos decorativos del portón al conjunto de la fachada
  • Cerca de la base de la fachada se encuentran diversos arcos apuntados adornos con mármol rojo y blanco alternativamente, lo que le confiere más proporción a la obra
  • En la cumbre tenemos una cruz latina hecha de un núcleo de hierro y recubierta de oro puro



En el interior, el templo presenta una planta de cruz latina, dividida en tres naves separadas por pilastras que sostienen arcos ojivales, un característico estilo cisterense en el que se destaca el espacio y la luz. Si la arquitectura de este centro religioso ya por sí sola es una parada obligatoria para el viajero, en su interior Santa María Novella contiene un buen puñado de obras de arte de primer nivel.

A la derecha delcrucero se encuentra la Capilla Rucellai, decorada con frescos del siglo XIV. La capilla del altar mayor es la famosa Capilla Tornabuoni, cuyos muros fueron decorados con frescos por Domenico Ghirlandaio, teniendo a Miguel Ángel como ayudante. 

  • Capilla Gondi: Esta capilla diseñada por Giuliano da Sangallo está situada en el lado izquierdo del altar principal y data de finales del siglo XIII. Aquí en la pared del fondo se encuentra el famoso crucifijo de madera de Brunelleschi, una de sus pocas esculturas. La bóveda contiene fragmento de frescos de los pintores del siglo XIII.
  • Capilla Strozzi di Mantova: Esta capilla se encuentra en el extremo del transepto izquierdo. Los frescos fueron encargados por Tommaso Strozzi a Nardo di Cione (1350 - 1357). Dichos frescos están inspirados en la Divina Comedia de Dante, se trata de El Juicio Final (en la pared del fondo, incluyendo un retrato de Dante), El Infierno (en la pared derecha) y El Paraíso (en la pared izquierda). 
  • Capilla Della Pura: Esta capilla está situada al norte del cementerio viejo. Fue construida con columnas renacentistas y data de 1474, habiendo sido restaurada en 1841 por Baccani. Del lado izquierdo existe una luneta con un fresco del siglo XIV: Virgen con niño y Santa Catalina
A la izquierda del templo se abre el llamado Claustro Verde, un espacio en estilo románico construido en 1350 por Fra Giovanni da Campi, llamado así por los frescos sobre escenas del Antiguo Testamento que lo decoran, en donde predomina el color verde, pintados por Paolo Uccello. En la galería este del claustro se abre la Capilla de los Españoles, lugar en el que se celebraban los oficios religiosos para la esposa de Cosme I de Medici, Eleonora de Toledo. Se trata de la antigua Sala Capitular del convento que Iacopo Talenti construyó en 1359 para honrar a santo Tomás de Aquino. Los frescos fueron pintados por Andrea di Firenze. Otro de los espacios del convento es el claustro de los muertos , construcción de época  románica, en la que están enterrados buena parte de las familias florentinas.




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