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sábado, 13 de julio de 2013

Palacio de Carlos V



El Palacio de Carlos V de Granada, España es una construcción renacentista situada en la colina de la Alhambra. Desde 1958 es sede del Museo de Bellas Artes de Granada. 

El Palacio de Carlos V de Granada se levanta dentro del recinto de La Alhambra, por lo que para su construcción hubo que derribar algunas de las zonas auxiliares y dependencias que lindaban con el conocido como Patio de los Arrayanos.

Desde 1526, y tras la celebración del matrimonio entre el emperador Carlos I y doña Isabel de Portugal en Sevilla, realizado ese mismo año, se trasladan a la Alhambra de Granada donde fijan su residencia hasta diciembre de ese mismo año. Pero los palacios nazaríes, aunque bellos y espectaculares, no resultaban apropiadas para las costumbres europeas del emperador ni para las exigencias de su corte borgoñona, por lo que éste decide levantar allí mismo un nuevo palacio, moderno y acorde con sus gustos y necesidades. 

Las trazas de este palacio se encomiendan a Pedro Machuca, artista toletano que se había formado en Italia al lado de Miguel Ángel y que por aquel entonces residían en la misma Alhambra en calidad de escudero del marqués de Modéjar. Había trabajado en Granada junto a Berruguete y Jacobo Florentino en la decoración de la Capilla Real por encargo del propio emperador, interviniendo también en obras en Jaén y Toledo, su ciudad natal. El palacio se emplaza sobre las caballerizas del conjunto nazarí, ya que el emperador gustaba del arte islámico, como demostró manteniendo lo que de él había en el alcázar madrileño cuando Luis de Vega y Alonso de Couvarrubias lo reforman y adaptan para él en 1540.




Pedro Machuca diseña y organiza su novedoso palacio en dos niveles, de planta cuadrada con un pequeño ángulo de chaflán que se corresponde con un octógono de la Capilla y dispone en el centro un gran patio porticdo circular, con lo que logra resolver con originalidad y elegancia todo el programa de necesidades del emperador y de su corte: la capilla de ceremonias religiosas, el amplio patio para festejos y espectáculos palatinos y grandes aposentos interiores en dos niveles, para las distintas funciones tanto oficiales como domésticas. 

El acertado concepto del patio dentro del propio palacio surge para preservar al rey del contacto directo con el pueblo, y para realzar aun más la figura del emperador se crea de planta circular, sin precedentes en las construcciones anteriores, frente a los patios rectangulares comunes del resto de la nobleza. En su interior plantea dos elegantes pórticos adintelados y superpuestos: el inferior en estilo dórico, y jónico sobre pedestales el orden superior, disponiendo una amplia galería perimetral en ambos casos para transitar y acomodar a los invitados. 

En el exterior las fachadas superponen los mismos órdenes del interior y en ellas distribuye huecos rectangulares y circulares en cada planta, con parámetros de aspecto duro que le aporta el almohadillado de la piedra del cuerpo inferior y lisos en el superior, reservando espacios para ubicar relieves que aluden a la victoria del emperador. Con un diseño bien estructurado y una modulación clásica e impecable, sus fachadas transmiten la serena belleza de los mejores palacios reacentistas urbanos.




Se inicia la financiación de las obras con los impuestos creados a los moriscos, pero al disminuir su población se reduce el ritmo de éstas, hasta parar en 1568. Más tarde, Juan de Herrera levanta en su fachada oeste la portada principal, modificando el trazado de Machuga, con tres huecos adintelados en el cuerpo inferior, más pequeños los laterales que el central, y otros tres de iguales dimensiones en el superior enmarcados entre columnas dóricas, y con medallones con relieves sobre ellos. 

Posteriormente Pedro de Velasco levantaría la columnata jónica de la planta noble del patio y tras muchas adversidades las obras de este gran palacio se abandonan en 1633, sin que las circunstancias del momento hicieran posible llegar a habitarlo nunca, acabándose finalmente en 1957, en pleno siglo XX, tras la intervención de muchos otros artistas, entre los que se encuentran, Luis Machuga, Juan de Orea y más recientemente, Leopoldo Torres Bábás y Francisco Prieto. 

En el camino de acceso y subida al palacio Machuga dispuso además otros elementos renacentistas llenos de belleza y simbolismo en honor al emperador, como son la Puerta de las Granadas con almohadillado rústico y escudo imperial en el frontón y la Fuente de Carlos V sobre cuyo cuerpo inferior que recibe el agua a través de tres grandes mascarones con cabeza de león, presenta una franja con cartelas de Plus Ultra y las aspas de la Casa de Borgoña, rematado por un gran luneto central con el escudo imperial. 

Desde 1958, el Palacio es sede del Museo de Bellas Artes de Granada, que cuenta con piezas singulares como un famoso bodegón de Juan Sánchez Cotán  y varios ejemplos de Alonso Cano. La decisión de trasladar aquí el viejo museo , fundado en 1839, se adoptó en 1941, aunque ya se había acordado en 1914. Tras unas obras de reforma, en 2008, se reabrió el museo. 



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