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sábado, 22 de diciembre de 2012

Palazzo Pitti



El Palazzo Pitti es un gigantesco palacio renacentista en Florencia, Italia. Está situado en la ribera sur del Arno, a muy corta distancia del Ponte Vecchio. El aspecto del actual palacio data de 1485 y era originalmente la residencia urbana de Luca Pitti un banquero florentino. Fue comprado por la familia Medicis en 1549 como residencia oficial de los grandes duques de la Toscana.

En el siglo XIX el palacio fue usado como base militar por Napoleón I y luego sirvió, durante un corto período, como residencia oficial de los Reyes de Italia. A principio del siglo XX el palazzo, junto con su contenido, fue donado al pueblo italiano por Victor Manuele III, por lo que se abrieron sus puertas al público y se convirtió en una de las más grandes galerías de arte de Florencia. Hoy en día sigue siendo un museo público, ampliado con colecciones de arte del siglo XIX y principios del XX.

La construcción de este edificio fue encargado en 1458por el banquero florentino Luca Pitti, amigo y aliado de Cosme de Médicis (1389 - 1464). La historia temprana de este palacio es una mezcla de mito y realidad. Se dice que Luca Pitti quería construir un gran palacio que desbancase el Palacio Médici Riccardi, dando precisas instrucciones sobre el tamaño de las ventanas (que debían ser mayores que el pórtico del Palacio Médici Riccardi). Personalidades tales como Vasari mantuvieron que Brunelleschi fue el verdadero arquitecto del palacio y que su aprendiz Luca Fancelli realizó simplemente la tarea de ayudarlo. Actualmente se atribuye el diseño del palacio a Fancelli.

El palacio original, aunque impresionante, no logró rivalizar en términos de tamaño y contenido con la magnificencias de las residencias de la familia Médicis. El arquitecto iba a contracorriente,  a la moda de la época, pues la mampostería almohadillada de la piedra reforzada por la repetición de vanos y arcadas dan al edificio una apariencia severa y dura, que recuerda más bien a un acueducto del imperio romano. Este diseño ha superado el paso del tiempo, pues la fórmula de su fachada se mantuvo durante las sucesivas ampliaciones del palacio.

El edificio fue vendido, en 1549, por Buonaccorso Pitti, descendiente de Luca, a Leonor Álvarez de Toledo, esposa de Cosme I de Médicis, Gran Duque de Toscana, que había sido educada en la lujosa corte de su padre, Virrey de Nápoles. Al mudarse al palacio, Cosme I encomendó a Vasari la ampliación del palacio para adecuarlo a sus gustos y necesidades. El tamaño del palacio aumentó considerablemente y se construyó un pasadizo elevado desde la antigua residencia real, el Palazzo Vecchio, atravesando los Uffizi y el Ponte Vecchio hasta el Palazzo Pitti.





Además se adquirieron unos terrenos al fondo del palacio en la colina de Bóboli, para crear un gran parque, los Jardines de Bóboli. El diseño original del jardín rodeaba un anfiteatro situado detrás del corps de logis del palacio, en el que se representaban obras de teatro de dramaturgos como Giovanni Battista Cini para la cultivada corte florentina. 

Cuando se terminó el proyecto de los jardines, Bartolomeo Ammanati (uno de los paisajistas de los jardines) centró su atención en la construcción de un gran patio tras la fachada principal, para unir el palacio con lo flamantes jardines. Para que estuviera al mismo nivel que la plaza, se tuvo que excavar en la ladera de la colina del Bóboli. La mampostería acanalada de este patio ha sido copiada en numerosos palacios, como hizo María de Médicis en su residencia parisina de Luxemburgo. Asimismo se introdujeron las finestre inginocchiate (ventanas orantes, ya que se parecen a un reclinatorio), reemplazando los vanos de entrada de ambos lados.

Entre los años 1558 y 1570, Ammanati construyó una escalera monumental, que permitiera acceder con más pompa al piano nobile (piso principal de una gran residencia) y añadió dos alas al palacio que rodeaban al recién creado patio. En el lateral que da al jardín proyectó una gruta, la llamada Grotto de Moisés, y sobre la terraza superior, a nivel de las ventanas del piano nobile, la Fuente de Carciofo, diseñada por Francesco Susini en 1641.

Durante el siglo XVIII se construyeron dos alas perpendiculares, a fin de crear una plaza central frente a la fachada, prototipo del cour d'honneur, luego copiado en Francia. Muchas otras alteraciones y adiciones menores se hicieron a través de los años bajo distintos gobernantes y a cargo de arquitectos diversos. 

El palacio y otros edificios dentro de los Jardines de Bóboli fueron divididos en cinco galerías de arte y un museo que albergan la mayor parte de su contenido original y diversas adquisiciones estatales. Las 140 habitaciones abiertas al público pertenecen a las ampliaciones del núcleo original que se hicieron en los siglos XVII y XVIII. Se conservan interiores antiguos y adiciones posteriores, como el salón del trono. 






El palazzo es en la actualidad un complejo museístico más grande de Florencia. El principal edificio palatino tiene una superficie de 32.000 metros cuadrados. Su división es la siguiente:


  • Galería Palatina: Esta galería es probablemente el más famoso conjunto que antaño formó parte de las colecciones Médicis. Este museo, que atraviesa los apartamentos reales, contiene obras de Rafael, Tiziano, Corregio, Rubens y Pietro da Coronta entre otros. Sigue manteniendo la apariencia de una colección privada, pues las obras de arte están dispuestas a la manera de un palacio, en vez de la colocación típica de los museos. La colección se abrió al público por primera vez a finales del siglo XVIII.
  • Apartamentos Reales: Son un conjunto de catorce estancias, usadas formalmente por la familia Médicis y sus descendientes. En contraste con los grandes salones de la galería palatina, muchos de estos cuartos son pequeños e íntimos que, aunque lujosos y formales, están más acordes a las necesidades cotidianas.
  • Galería de Arte Moderno: Esta enorme colección, que se extiende a lo largo de cuarenta cuadros. Incluye obras de los artistas del movimiento Macchiaioli (movimiento pictórico que se desarrolló en la ciudad italiana de Florencia en la segunda mitad del siglo XIX) y otras escuelas modernas italianas. Las pinturas de este movimiento, junto con la escuela de Toscana del siglo XIX fueron precursores del Impresionismo. En esta galería se exhiben cuadros de los años 1800 hasta 1939.



  • Museo de la Pocelana: Esta colección se abrió al público por primera vez en 1973, instalándose en el Casino del Cavaliere de los Jardines de Bóboli y está compuesta por piezas de las más famosas factorías europeas. Muchas piezas son regalos diplomáticos de cortes extranjeras y otros fueron encargadas por la corte del Gran Duque. 
  • Museo de la Plata: El Museo de la Plata, a veces llamado el Tesoro Médicis, contiene una colección de valiosa platacamafeos, trabajos en gemas semipreciosas y orfebrería de la antigüedad, ambas pertenecientes de Lorenzo de Médicis. 
  • Galería de Trajes: Esta galería, situada en una ala del palacio consta de un conjunto de vestuario teatral, que abarca del siglo XVI al siglo XXI, y las vestiduras funerarias de Cosme I de Médicis, su mujer Leonor Álvarez de Toledo y su hijo García. 
  • Museo de Carruajes: Situado en la planta baja del palacio, este museo muestra carrozas y otros enganches que se usaban en la corte de los siglos XVIII y XIX. Hay una gran variedad de coches de caballos, desde los más sencillos a los más ostentosos.

Comparado con muchos de los grandes palacios de Italia, el Palacio Pitti no destaca, a primera vista, (como lo hacen el Palacio de Turín o el Palacio Real de Caserta). La relevancia arquitectónica del Palacio Pitti es su severidad y simplicidad, una estructura que ha sido copiada repetidas veces a lo largo de la historia. Llama la atención por la magnificencia del tamaño, la fuerza y el reflejo de la luz en la repetitiva estructura de piedra de la fachada. Como en muchos otros palacios italianos, se debe entrar en el edificio para apreciar plenamente su arquitectura. 

En su sexto siglo de existencia, el Palacio Pitti está mejor mantenido y más espléndido que nunca, siendo visita turística obligada de los cinco millones de visitantes que recibe la ciudad anualmente. El edificio sigue impactando a todos los que lo visitan, exactamente para lo que fue construido. 




lunes, 17 de diciembre de 2012

Catedral de Chartres



La Catedral de la Asunción de Nuestra Señora (Cathédrale de l'Assomption de Notre-Dame) es una iglesia catedralística en la ciudad de Chartres en Francia, a unos 80 kilómetros al suroeste de París. Esta catedral marcó un hito en el desarrollo del gótico e inició una fase de plenitud en el dominio de la técnica y el estilo gótico estableciendo un equilibrio entre ambos. Es sumamente influyente en muchas construcciones posteriores que se basaron en su estilo y sus numerosas innovaciones, como las catedrales de Reims y de Amiens a las que sirvió de modelo.

Existen indicios de que el lugar que hoy ocupa la catedral existía desde tiempos anteriores a la era cristiana un altar dedicada a la Diosa Madre de la mitología druídica, siendo esta localidad un importante centro religioso para la tribu celta de los carnutes, pueblo del que deriva el nombre de la ciudad. 

La primera iglesia de que se tiene constancia se construyó alrededor del año 360. Desapareció en un incendio hacia los años 740 y 750 durante el saqueo de los visigodos. Una segunda catedral es destruida por los piratas normandos el 12 de junio de 858. En 1020 otro incendio destruye la catedral , tras lo cual se inicia la construcción de la cripta de una nueva catedral románica. En 1194 un gran incendio devastó gran parte de la ciudad de Chartres incluida casi la totalidad de la antigua Catedral románica. 

Rápidamente se comenzaron las obras de reconstrucción y hacia 1220 el cuerpo principal estaba concluido, en un plazo de 26 años. Se empleó piedra local de unas canteras situadas a unos 8 kilómetros de la ciudad. Conserva del edificio anterior la cripta y la fachada oeste con el Pórtico Real. 

El edificio es de planta ceuciforme con el cuerpo principal de 28 metros, organizado en tres naves. La cabecera, situada al este, tiene un deambulatorio radial con cinco capillas semicirculares. La bóveda central tiene 36 metros de altura, la más alta desde la fecha cuando fue construida. 





La organización en tres naves es original para la época, con la central mucho más alta que las laterales. Esta dificultad constructiva se solía solventar levantando sobre las naves laterales una amplia tribuna cuya cubierta compensaba el peso de la bóveda central reforzando la estructura. En Chartres se suprimió la tribuna quedando tres niveles en el alzado de la nave, arcadas, triforio y ventanales. El triforio es una pequeña galería que se construía en ocasiones sobre la galería y bajo los ventanales para aprovechar el espacio del tejado sobre la tribuna. Tiene cuatro arcos por sección y es un contrapunto de horizontalidad y oscuridad de las arcadas y ventanales. Estos constan de dos vanos y un rosetón que repite la estructura de la puerta principal y que alberga uno de los mejores conjuntos de vidrieras medievales que se conservan. Éstas son célebres por el intenso y bello color azul  empleado, especialmente famoso es la llamada Ventana de la Virgen Azul, de principios del siglo XIII que representa a la Virgen con el niño. De los 186 vitrales originales se conservan 152, ya que en 1753 se sustituyeron algunos de ellos por parte del obispado que pretendía modernizar la catedral. La altura y amplitud de las naves se debe a dos novedades constructivas: 


  1. El abandono de la bóveda sexapartita cuadrangular, que se había utilizado frecuentemente en el siglo XII  en favor de la cuatripartita rectangular. La bóveda sexapartita se basaba en cuatro puntos de apoyo fuertes y dos débiles lo que provocaba a veces una alternancia en el grosor de los soportales. Los ábacos de los capiteles sostenían las haces de fuste de las columnillas adosadas, conectando los pilares con los nervios, lo que causaba una excesiva fragmentación, que se solucionó en Chartres creando un pilar acantonado consistente en un núcleo cilíndrico central, rodeado de cuatro elementos más pequeños que conectan tanto con cubiertas como con las arcadas que las separan.
  2. La otra novedad es el empleo de un tipo de arbotante totalmente desarrollado. Salvo los superiores, añadidos después de la construcción original, los inferiores son dobles, unidos por columnillas radiales que se unen a los contrafuertes externos que se complementan con los contrafuertes internos, ocultos bajo los techos de las naves laterales.

La fachada principal es fruto de diversas intevenciones a lo largo del tiempo. Del incendio se salvaron la torre sur y la base de la norte, los tres portales y los ventanales. El maestro de Chartres desmontó el muro superviviente desplazándolo hacia adelante y añadiendo un gran rosetón  y la galería de los reyes sobre ésta. Al aumentar la altura de la fachada las dimensiones de la torre sur en proporción al resto cambiaron notablemente, por lo que se creó una asimetría que crea un fuerte dinamismo visual. 

El llamado Pórtico Real  se construyó en la década de 1140 para la anterior catedral románica y tiene forma de embudo, lo que posteriormente sería una norma común para las catedrales góticas. Las esculturas y los relieves están inspirados en los del pórtico oeste de la Basílica de Saint Denis que fueron destruidos durante la reforma. Las jambas están decoradas por altas figuras de reyes y personajes del Antiguo Testamento.




El transepto es ancho aunque sobresale poco en la nave principal. Sus fachadas constan de sendos rosetones. Estos se asientan sobre hileras de cinco ventanas, siguiendo las proporciones de la fachada principal y aumentando el efecto de unidad arquitectónica. En un principio se pensó en abrir en ella simples aberturas, pero al final se dotaron de tres pórticos ricamente esculpidos y de dos torres en cada una que quedaron sin concluir. El modelo de rosetones está copiado directamente de Laon, pero los pórticos triples son exclusivos de Chartres.

En el lado norte del pórtico central se muestra la coronación de la Virgen con figuras de profetas y de santos. La Virgen es representada como reina de los Cielos a la derecha de Cristo también coronado. Ambas figuras están rodeados de ángeles con incensarios y en oración y rodeados por una arquería que simboliza el palacio celeste. Ambas figuras son de igual tamaño y ocupan lugares de igual importancia. La segunda arquivolta representa figuras que se cree son profetas del Antiguo Testamento, mientras que la tercera y la cuarta muestran los antepasados del linaje de María. La última arquivolta muestra profetas son libros y pergaminos. En los relieves alrededor del arco narra la creación y caída del hombre.  

El pórtico izquierdo está dedicado a la Natividad y la Anunciación , tema que asimismo se trata en la entrada oeste. Las arquivoltas representan a Sansón, Gedeón, Esther y Judit venciendo a los enemigos que simbolizan las amenazas que pesan sobre la Iglesia. Son célebres la figura llamada Santa Modesta , una imagen femenina con una sonrisa seductora, y una figura que representa a un gordo Salomón en el pórtico derecho.

Las vidrieras del rosetón muestran en su centro la Glorificación de María con ángeles y Espíritu Santo. En el círculo externo figuran reyes y profetas del Antiguo Testamento. Fue donado por la reina Blanca de Castilla en 1230, por lo que muestra en las enjutas debajo de este las armas de Francia y de Castilla alternadas. 

Este portal fue concluido hacia 1270 y cuenta con unas 700 piezas esculpidas. Es posible, asimismo, apreciar la evolución estilística entre las esculturas del siglo XII y aquellas del siglo XIII, dichas esculturas están más desarrolladas que aquellas que se encuentran en la fachada occidental , con vestiduras que caen de forma más natural y los rostros son más espontáneos y realistas. 





El coro, situado al este, es de cinco naves. El principal problema al que se enfrentó el arquitecto fue la unión armónica con la cabecera, ya que la distancia que separa los pilares al rodear el presbiterio debe ser menor, lo que produce una discontinuidad rítmica. Para ello optó por emplear ventanas simples con rosetón de nave principal, reduciendo a la mitas el intercolumnio. El deseo de aprovechar los cimientos románicos complicó el diseño de la cabecera, construyéndose tres capillas profundas sobre las románicas y otras cuatro intercaladas y menos profundas. Al igual que las fachadas del transepto, en el coro hay dos torres inacabadas, una a cada lado.

La cripta de Chartres es enorme, la más grande de Francia, y una de las más grandes de la cristiandad tras San Pedro de Roma y la Catedral de Canterbury. Se pueden apreciar los restos de construcciones anteriores sobre los que se asienta la actual catedral que conforman dos criptas concéntricas. Los restos de la iglesia edificada en época carolingia conforman la base del coro y la girola. Se han realizado excavaciones que muestran restos que se remontan a la época romana.

Aunque la mayoría de la imaginería original se ha perdido, la fachada occidental, es decir, el llamado Pórtico Real, , es especialmente importante gracias a una serie de esculturas de mitad del siglo XII: la portada occidental contiene un magnífico relieve de Jesucristo glorificado, la del trasepto meridional se organiza en torno a unas imágenes del Nuevo Testamento que narra el Juicio Final, mientras que el pórtico opuesto, situado en el lado norte, está dedicado al Antiguo Testamento y al advenimiento de Cristo. 

Uno de los elementos más famosos de la Catedral es el laberinto trazado sobre el pavimento que data de 1205. Es un alicatado circular de 13 metros de diámetro situado en el eje de la nave central en el que baldosas blancas y negras forman un estrecho sendero con múltiples circunvoluciones que conducen al centro. Parece ser que en este círculo central existió una placa de bronce o latón con las figuras de Tesso, Ariadna y el Monotauro. Esta fue retirada y fundida durante la Revolución Francesa para fabricar cañones. En la Edad Media existían numerosas iglesias con laberintos que han ido desapareciendo en épocas posteriores. Las medidas y trazados de este tipo de laberintos tiene un profundo y complejo simbolismo numerológico y filosófico que tiene su origen, al parecer, en conocimientos esotéricos con origen en oriente. El laberinto tiene once círculos concéntricos y tiene la particularidad de tener el mismo diámetro que el rosetón oeste y de distar del umbral de la entrada la misma longitud que la altura de este, por lo que si la fachada se extendiera sobre el suelo interior del rosetón coincidiría con el laberinto. 



domingo, 9 de diciembre de 2012

Arquitectura Románica en Italia (Segunda Parte)




En Florencia, entre el siglo XI y XII se usaron algunos elementos comunes del románico pisano pero con un sello muy propio, caracterizado por una serena armonía geométrica que recuerda las obras antiguas. En el Baptisterio de San Juan esto es evidente en el modo de disponer los elementos exteriores, a través del uso de recuadros, pilastras, arcadas ciegas etc, siguiendo un esquema preciso y modular que se repite en sus ocho lados. El parámetro interno con mármol polícromo, inspirado en el Panteón de Agrippa se concluyó a inicios del siglo XII. Los mosaicos del pavimento datan de 1209 y los del ábside rectangular de 1218, mientras la primera fase del revestimiento externo se cree que es del mismo período. 

Otro ejemplo de este estilo florentino son la Basílica de San Miniato del Monte, iniciada en 1013 y completada en el siglo XIII, que muestra una fachada bícroma y una estructura rigurosa inspirada en el románico lombardo. La pequeña iglesia de San Salvatore al Vesovio y el parámetro incompleto de la fachada de la Abadía Fiesolana, junto a un modesto número de parroquias e iglesias menores completan el cuadro.

Si el estilo no tiene la difusión del románico pisano o lombardo, su influencia fue determinante para el desarrollo sucesivo de la arquitectura, a modo de base sobre la que tomaron inspiración Francesco Talenti, Leon Battista Alberti, Filippo Brunelleschi y otros arquitectos que dieron forma a la arquitectura renacentista.

El panorama toscano es rico también en influencias tramontanas. La Abadía de Sant'Antimo forma parte de una exigua clase de iglesias italianas inspiradas en modelos franceses con naves de ritmo obligado (alternancia entre columnas y pilastras), presbiterio con columnas, deambulatorio de capillas radiales. La enorme difusión de este tipo en Francia hace difícil determinar una filiación directa.

En Umbría algunas iglesias muestran influencias lombardas, aunque combinadas con elementos más clásicos tomados de los vestigios antiguos que han sobrevivido en la región. Es el caso de la iglesia de Santa María Infraportas en Foligno, San Salvatore en Terni o Santa María la Mayor en Asís.





En Las Marcas los modelos ofrecidos por la arquitectura emiliana son reelaborados con originalidad y combinadas con elementos bizantinos. Por ejemplo, la iglesia de Santa María de Portonovo que data del siglo XI) junto a Acona  o la Catedral de San Ciríaco presentan una planimetría de cruz griega con una cúpula en la cruz de los brazos y un pórtico avanzado en la fachada que encuadra un portal fuertemente abocinado.

En el Lacio septentrional los influjos lombardos filtrados a través de la Umbría fueron fecundados por la ininterrumpida tradición clásica: en Montefiascone con la iglesia de San Flaviano, iniciada en el siglo XII), en Tarquina con la iglesia de Santa María a Castello, iniciada en 1121, en Viterno con varias basílicas, todas decoradas probablemente por maestros lombardos que en algunos casos participaron también en la definición de la arquitectura.

Especial es la iglesia de Santa María Mayor de Tuscania construida en dos fases desde el siglo XII hasta 1206, donde el portal presenta columnas sobre leones y la representación de la Virgen sentada con el Niño en las piernas. También en Tuscania se yergue la Iglesia de San Pedro, caracterizada por un rosetón.

En Roma se produjo una etapa de continuidad respecto a las basílicas paleocristianas, con figuras de pontífices fuertes. En Santa María Cosmedín (Siglo XII, luego reedificada) fueron usadas pilastras alternadas con columnas, estas últimas sin función portante. Más interesante fue el panorama de la pintura y el mosaico, con grandes canteras para la decoración interna de la Basílica de San Clemente, de Santa María de Trastévere y de Santa María Nueva, donde prevalecieron motivos constantinopolitanos.

Una impronta duradera dejaron los maestros del mármol en el estilo cosmatesco, cuya actividad superó los confines del Lacio. Sus elaboradas taraceas con mármol y teselas de varios materiales de piedra fueron aplicados en pavimentos, púlpitos, ciborios, altares, cátedras, candelabros pascuales, etc. También se emplearon para decorar espacios arquitectónicos más complejos y variados, como el claustro de San Juan de Letrán, con las parejas de columnas de fustes alternadamente lisos, en espiral o mezclados y con números variados de mosaicos. 





Una de las más importantes canteras en Catania en la época románica fue la reconstrucción de la Abadía de Montecassino (hoy en día ya no existe). La basílica fue construida según el modelo de las romanas y el único recuerdo que queda de ellas está en la iglesia de Sant'Angelo en Formis erigida en 1072.

En los edificios del siglo XII y XIII se encuentran fuertes influjos árabes-sicilianos y moriscos, como en la Catedral de Caserta Vecchia con ventanas de hierro en el transepto y arcos cruzados que se apoyan sobre columnas en el Claustro de los Capuchinos (1212) y en la Catedral (1266 - 1268) en Amalfi, mientras que en Salerno se destacan las obras de mosaicos y aplicaciones cosmatescas con influencias islámicas.

Apulia y sus puertos eran usados por los peregrinos que se dirigían a Tierra Santa y fueron también el punto de partida para muchos cruzados  en 1090. El gran flujo de personas determinó la recepción de una gran variedad de influjos que se manifestó también en la arquitectura.

Uno de los edificios más representativos es la Basílica de San Nicola en Bari, iniciada en 1087 y terminada hacia finales del siglo XII. Externamente tiene un aspecto macizo, más parecido a una fortaleza, con una fachada cerrada a los lados por dos torres incompletas. La decoración con galerías de arcos y la presencia de un pórtico avanzado con columnas sobre leones en la fachada recuerdan las características lombardo-emilianas.

La Catedral de San Valentín en Bitonto es considerada la expresión más completa del románico de Apulia. Construido entre el siglo XI y el siglo XII, presenta una fachada tripartita por pilastras y decorada con arcos  pensiles. También posee un rosetón de dieciséis brazos rodeado de dos esfinges.

Otra construcción importante la encontramos en la Catedral de Trani, concluida a mediados del siglo XIII. fue construida según el modelo de la Basílica de San Nicola de Bari. Es un punto de referencia luminoso, gracias a la blancura de la toba caliza empleada. Otras influencias se encuentran en las iglesias de los santos Nicola y Cataldo en Lecce del año 1180, o en la Catedral de Troya, de 1119, esta última con influjos pisanos en el registro inferior, armenios en los relieves de arquitrabe, musulmanes en los capiteles y bizantinos en las puertas de bronce.




Palermo y Sicilia muestran durante ese período muchas influencias diversas debidas a las circunstancias históricas, políticas y religiosas que se sucedieron en aquellos siglos: los siglos IX y X fueron de dominio árabe, entre 1016 y 1091 sucedió la conquista normanda, y finalmente el nacimiento del reino de Sicilia fueron eventos que produjeron un proceso de compleja estratificación cultural.

Típicamente árabes, en Palermo son los edificios de la Zisa (1154 - 1189), que presenta una decoración con bóvedasde alveolos, la Cuba (1180), o las cúpulas semiesféricas de la iglesia de San Giovanni degli Eremiti (construida aproximadamente en 1140) con planta cruciforme.

Bizantinas se yerguen las iglesias de Martorana (de 1143) y la Capilla Palatina de Palermo en el Palacio de los Normandos, cubiertas por mosaicos. En la capilla palatina se unió la planta de cruz griega para el presbiterio y el cuerpo basilical en la nave. Los mosaicos presentan un esquema más original con respecto a la estrecha observancia de la Martorana. En la sala de Rogelio I en el Palacio de los Normandos se encuentra un ciclo profano con escenas de jardines y de caza, diversiones preferidas por los soberanos.

Otros importantes ejemplos de edificios de la época son las catedrales de Cefalú (1131 - 1170) y de Monreale (1172 - 1189). En ambas se encuentran mezcladas varias influencias que van desde las experiencias cluniacenses en la zona del ábsidea las galerías de arcos típicamente lombardas (Cefalú) a los cruzados (Monreale) de influencia árabe, a las dos torres en la fachada que recuerdan modelos transalpinos, introducidos por los normandos.