El Monasterio de Santo Domingo de Silos se halla ubicado en la parte oriental de un pequeño valle de la gran meseta castellana, que el primer documento conservado en el Archivo de Silos (año 954), ya entonces denominado como valle del Tabladillo. Su claustro es una de las obras maestras del románico español.
El monasterio, aunque no en su actual configuración, se remonta a la época visigótica (siglo VII), desvaneciéndose durante la ocupación musulmana. En el siglo X, con el nombre de San Sebastián de Silos, vuelve a resurgir la comunidad monástica, alcanzando una pujante actividad que decae bajo las razias de Almanzor. Recobrada la serenidad, el monasterio se encuentra arruinado y maltrecho. Cuando en 1041, Domingo, Prior del Monasterio de San Millán de la Cogolla se refugia en Castilla es bien recibido por el rey Fernando I, quien le confía la misión de restablecer el antiguo esplendor y dar nuevo auge al Monasterio de Silos.
En el siglo XVIII se amplían las instalaciones. Se encomienda el trabajo al arquitecto Ventura Rodríguez para que se haga cargo de realizar dichas reformas. Sin la menor consideración y con el desprecio que en aquella época suscitaba todo lo referente al medioevo, se derribó, lamentablemente su templo románico, sustituyéndolo por otro netamente neoclásico. Del primitivo templo aun se pueden admirar el ala sure del transepto y la Puerta de las Vírgenes.
En 1835 sufre los efectos de la desamortización de Méndizabal que implicaron la pérdida de parte de sus riquezas artísticas y documentales. En una visita al monasterio, el poeta Gerardo Diego compuso el famoso soneto El ciprés de Silos, considerado uno de los mejores sonetos de la literatura española.
El claustro es de doble planta, siendo la inferior la más antigua de las dos. Forma un cuadrilátero de lados levemente desiguales. Los lados norte y sur tienen 16 arcos, mientras que los lados este y oeste solo 14. Los arcos son de medio punto y descansan sobre capiteles que están apoyadas sobre columnas de doble fuste monolítico, solo los soportales centrales están formados por quíntuples, salvo el del lado norte que es cuádruple y torsado.
El claustro inferior comenzó a construirse en la segunda mitad del siglo XI y primera del XII. El claustro superior, por su parte, data de finales del siglo XII. En el inferior se perciben dos fases de ejecución: durante la primera, de principio del siglo XI, se llevaron a cabo las galerías norte y este, la segunda se desarrolló en el siguiente siglo, realizándose las galerías oeste y sur. Cada fase muestra una manera de ejecución y un estilo diferente. Los fustes de la columna de la primera etapa están más separadas y presentan mayor éntasis (o sea la sección de la columna que posee mayor diámetro), mientras que las tallas son de poco relieve y escaso movimiento.
En el plano artístico, lo más destacable es la colección de 64 capiteles de que consta el claustro bajo y los relieves que ornamentan las caras interiores de las cuatro pilastras que forman los ángulos de la galería.
Los capiteles, y, en especial los del segundo artista, son obras maestras de la iconografía románica y lo que más llama la atención de todo el claustro. Sus temas son variados y van desde los que representan escenas bíblicas, hasta los figurativos de animales quiméricos, grifos, leones, centauros y toda clase de elementos vegetales.
También cabe mencionar la Puerta de las Vírgenes, que comunica el claustro con la iglesia y que constituye un vestigio del antiguo templo románico, la fachada de la desaparecida sala capitular que se abría a la galería, sin olvidar el atesorado mudéjar decorado con alrededor de 700 figuras y escenas Castilla, de los siglos XIV y XV. Su Biblioteca posee unos 160.000 ejemplares.
El monasterio también posee una botica y un museo:
En el plano artístico, lo más destacable es la colección de 64 capiteles de que consta el claustro bajo y los relieves que ornamentan las caras interiores de las cuatro pilastras que forman los ángulos de la galería.
Los capiteles, y, en especial los del segundo artista, son obras maestras de la iconografía románica y lo que más llama la atención de todo el claustro. Sus temas son variados y van desde los que representan escenas bíblicas, hasta los figurativos de animales quiméricos, grifos, leones, centauros y toda clase de elementos vegetales.
También cabe mencionar la Puerta de las Vírgenes, que comunica el claustro con la iglesia y que constituye un vestigio del antiguo templo románico, la fachada de la desaparecida sala capitular que se abría a la galería, sin olvidar el atesorado mudéjar decorado con alrededor de 700 figuras y escenas Castilla, de los siglos XIV y XV. Su Biblioteca posee unos 160.000 ejemplares.
El monasterio también posee una botica y un museo:
- La botica se creó en 1705, en aquel entonces disponía de su propio jardín botánico, de un laboratorio farmacéutico y de una biblioteca especializada, de la cual se conserva aproximadamente unos 400 volúmenes editados entre los siglos XVI y XIX.
- En una antigua sala del monasterio se exhibe una importante colección de obras de arte que incluye pintura, orfebrería, escultura, y esmaltes entre otras cosas. Se destaca especialmente el tímpano de una de las puertas de la antigua iglesia románica que se pudo rescatar de entre los cimientos de la actual iglesia neoclásica.
increíble he aprendido muchísimo sobre el monasterio muy interesante todo lo que dice
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