La arquitectura debe hablar de su tiempo y su lugar, y a la vez, anhelar la eternidad (Frank Gerthy) |
El Movimiento Moderno continuó desarrollándose en Europa durante la segunda posguerra impulsada por las tareas de reconstrucción. En el plano teórico, las aportaciones de la arquitectura orgánica, una tendencia inspirada en el arquitecto Frank Lloyd Wright, con Alvar Aalto y Arne Jacobsen como representantes destacados, se contraponían al Estilo Internacional inspirado en la obra de Le Corbusier
El Movimiento Moderno entró en crisis a finales de los años 50 del siglo XX cuando se formularon una serie de críticas muy severas a los excesos del Estilo Internacional y al urbanismo derivado de la Carta de Atenas. Un conjunto de tendencias que se reinvindican a sí mismas como continuadoras del Movimiento Modrerno protagonizan la arquitectura moderna desde 1960 a nuestros días.
En los años 20 las figuras más importantes de la arquitectura moderna ya tenían gran reputación. Los más reconocidos fueron Le Corbusier (Francia), Mies van der Rohe y Walter Gropius, ambos directores de la Bauhaus de Alemania, una de las más importantes escuelas europeas, dedicada a la experimentar con las nuevas tecnologías industriales. Mientras tanto, la carrera del arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright se desarrolló de forma paralela a la de los arquitectos modernos europeos. Desarrolló la teoría como los preceptos formales de la llamada arquitectura orgánica.
Los arquitectos que desarrollaron el Estilo Internacional deseaban romper con la tradición arquitectónica, diseñando edificios funcionales, sin ornamentos. Mientras que las fachadas fueron realizadas en vidrio, las losas y soportes estructurales eran realizados en hormigón y acero. Ejemplo de este estilo lo encontramos en el Edificio de la Organización de Naciones Unidas (Nueva York), entre otros.
Los detractores del Estilo Internacional critican su geometría rígida y rectangular, percibida por ellos como deshumanizante. Para Le Corbusier los edificios eran máquinas para habitar, aunque muchos se comenzaron a rebelar contra tal rigidez e uniformidad. Desde principio de los años 80 muchos arquitectos se comenzaron a alejar de los diseños geométricos.
Las características formales de la arquitectura moderna son:
Las primeras reacciones negativas a lo que percibían como excesiva dogmatización propuesta por la arquitectura moderna (primera mitad del siglo XX) aparecieron alrededor de la década de 1970, especialmente por Aldo Rossi y Robert Venturi. La crítica antimoderna que en un principio se restringió a especulaciones académicas de orden teórico, pronto ganó experiencia práctica.
Durante la década de 1980 la revisión del espacio moderno evolucionó hacia su total deconstrucción. A pesar de que esta línea de pensamiento fue muy criticada, demostró cierta capacidad de seducción del público, para quien representaba la arquitectura de vanguardia. Rem Koolhaas, Peter Eisenman y Zaha Hadid se encuentran entre sus exponentes más importantes.
El deconstructivismo es un movimiento arquitectónico que nació a finales de la década de 1980. Se caracteriza por su fragmentación, el proceso de diseño no lineal, el interés por la manipulación de las ideas de la superficie de las estructuras, y, en apariencia, de la geometría no euclídea (formas no rectilíneas) que se emplean para distorcionar y dislocar algunos de los principios elementales de la arquitectura como la estructura y la envolvente del edificio. La apariencia visual final de los edificios de dicha escuela se caracteriza por una estimulante impredecibilidad y un caos controlado.
Otras propuestas de arquitectura actual no suelen recibir esta etiqueta, como la de los españoles Rafael Moreno (Museo Nacional de Arte Romano, Mérida, 1980 - 1986) y Santiago Calatrava, o las del norteamericano Richard Meier (caracterizadas por el uso del blanco y el aprovechamiento de la luz). A pesar de las tentativas de clasificar las corrientes de la producción arquitectónica más contemporánea, aun no existe una clasificación universalmente compartida de movimientos o escuelas que agrupen a obras y arquitectos de todo el mundo.
En los años 20 las figuras más importantes de la arquitectura moderna ya tenían gran reputación. Los más reconocidos fueron Le Corbusier (Francia), Mies van der Rohe y Walter Gropius, ambos directores de la Bauhaus de Alemania, una de las más importantes escuelas europeas, dedicada a la experimentar con las nuevas tecnologías industriales. Mientras tanto, la carrera del arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright se desarrolló de forma paralela a la de los arquitectos modernos europeos. Desarrolló la teoría como los preceptos formales de la llamada arquitectura orgánica.
Los arquitectos que desarrollaron el Estilo Internacional deseaban romper con la tradición arquitectónica, diseñando edificios funcionales, sin ornamentos. Mientras que las fachadas fueron realizadas en vidrio, las losas y soportes estructurales eran realizados en hormigón y acero. Ejemplo de este estilo lo encontramos en el Edificio de la Organización de Naciones Unidas (Nueva York), entre otros.
Un techo plano no expresa la horizontalidad de la cubierta (Jorn Utzon) |
Los detractores del Estilo Internacional critican su geometría rígida y rectangular, percibida por ellos como deshumanizante. Para Le Corbusier los edificios eran máquinas para habitar, aunque muchos se comenzaron a rebelar contra tal rigidez e uniformidad. Desde principio de los años 80 muchos arquitectos se comenzaron a alejar de los diseños geométricos.
Las características formales de la arquitectura moderna son:
- Rechazo de los estilos históricos o tradicionales como fuente de inspiración de la forma arquitectónica
- Los materiales y requerimientos funcionales determinan el resultado, o dicho de otra manera: la forma sigue a la función
- Adopción de la estética de la máquina
- Materiales y técnicas de nueva invención (hormigón armado, etc)
- Rechazo del ornamento como accesorio
- Simplificación de la forma y eliminación de los detalles innescesarios
Aun hoy existe mucho debate en cuanto a la caída de la llamada Arquitectura Moderna, la crítica de la misma comenzó alrededor de los años 60, argumentando de que era universal, estéril, elitista y carente de significado. El surgimiento de la posmodernidad se atribuye al desencanto generalizado con la Arquitectura Moderna.
En los años cincuenta aparecen arquitectos influidos por Le Corbusier que interpretan la obra arquitectónica como una escultura: Pier Luigi Nervi y Gio Ponti Torre Pirelli, Milán, 1955 - 1959), Félix Candela, Jorn Utzon (Ópera de Sydney, 1957), Eero Saarinen (Terminal aérea de TWA, Aeropuerto Kennedy, Nueva York), KEnzo Tange (Piscina olímpica de Tokio, 1964): El llamado nuevo brutalismo exaltó la capacidad expresiva de los materiales (acero, ladrillo, tuberías), mientras que Alvar Aalto y Vittorio Gregotti realizan sus propias propuestas. Mientras tanto, Lucio Costa y Oscar Niemeyer desarrollan la nueva ciudad de Brasilia. En España comienzan a hacerse notar las obras de Sáenz de Olza (Torres Blancas, 1965), César Manrique y RIcardo Bofill.
A partir de un trazo nace la arquitectura. Y cuando éste es bonito y produce sorpresa, ella puede alcanzar - siendo bien conducida - el nivel superio de una obra de arte (Oscar Niemeyer) |
Las primeras reacciones negativas a lo que percibían como excesiva dogmatización propuesta por la arquitectura moderna (primera mitad del siglo XX) aparecieron alrededor de la década de 1970, especialmente por Aldo Rossi y Robert Venturi. La crítica antimoderna que en un principio se restringió a especulaciones académicas de orden teórico, pronto ganó experiencia práctica.
Durante la década de 1980 la revisión del espacio moderno evolucionó hacia su total deconstrucción. A pesar de que esta línea de pensamiento fue muy criticada, demostró cierta capacidad de seducción del público, para quien representaba la arquitectura de vanguardia. Rem Koolhaas, Peter Eisenman y Zaha Hadid se encuentran entre sus exponentes más importantes.
El deconstructivismo es un movimiento arquitectónico que nació a finales de la década de 1980. Se caracteriza por su fragmentación, el proceso de diseño no lineal, el interés por la manipulación de las ideas de la superficie de las estructuras, y, en apariencia, de la geometría no euclídea (formas no rectilíneas) que se emplean para distorcionar y dislocar algunos de los principios elementales de la arquitectura como la estructura y la envolvente del edificio. La apariencia visual final de los edificios de dicha escuela se caracteriza por una estimulante impredecibilidad y un caos controlado.
Otras propuestas de arquitectura actual no suelen recibir esta etiqueta, como la de los españoles Rafael Moreno (Museo Nacional de Arte Romano, Mérida, 1980 - 1986) y Santiago Calatrava, o las del norteamericano Richard Meier (caracterizadas por el uso del blanco y el aprovechamiento de la luz). A pesar de las tentativas de clasificar las corrientes de la producción arquitectónica más contemporánea, aun no existe una clasificación universalmente compartida de movimientos o escuelas que agrupen a obras y arquitectos de todo el mundo.
Menos es más y La esquina es el origen de los problemas (Ludwig Mies van der Rohe) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario