La escultura del Renacimiento se entiende como un proceso de la escultura de la Antigüedad Clásica. Los escultores encontraron en los restos artísticos y en los descubrimientos de yacimientos de aquella época pasada la inspiración perfecta para sus obras. También se inspiraron en la Naturaleza.
La escultura en el Renacimiento tomó como base y modelo las obras de la Antigüedad clásica y su mitología, con una nueva visión del pensamiento humanista y de la función de la escultura en el Arte. Como en la escultura griega se buscó la representación naturalista del cuerpo humano desnudo con una técnica muy perfeccionada, gracias al estudio meticuloso de la anatomía del cuerpo humano.
El cuerpo humano representó la belleza absoluta, cuya correspondencia matemática entre las partes se encontraba bien definida y el contrapposto (oposición armónica de las distintas partes del cuerpo de la figura humana) fue utilizado desde Donatello hasta Miguel Ángel. Fue en el Renacimiento cuando la escultura quedó liberada del marco arquitectónico, los relieves se realizaron con la regla de la perspectiva y se mostraban a los personajes con expresiones de dramatismo, como se puede observar, por ejemplo, en el David de Miguel Ángel.
La escultura del Renacimiento se sirvió de toda clase de materiales, principalmente del mármol, bronce y madera. El bronce compitió con el mármol en monumentos funerarios, fuentes y pequeñas esculturas para decoración de interiores, así como en estatuas ecuestres. Las reproducciones de estatuillas de bronce tuvieron gran difusión en el Renacimiento, debido al gran número de coleccionistas. En Florencia fueron Antonio Pollaiolo y Andrea del Verocchio los iniciadores por encargo de los Medici y del taller de Leonardo da VInci se conservan pequeños bronces con el caballo encabritado.
La madera fue utilizada tanto en Alemania como en España, donde la riqueza forestal y el trabajo tradicional de la madera policromada estaba muy arraigado, utilizándolo en la realización de retablos y altares.
La terracota fue empleada como material más pobre, y por lo tanto más económico, se utilizó terracota de color natural y policromada. El artista italiano Pietro Torrigiano realizó en España varias esculturas de barro policromadas, algunas de ellas se conservan en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. A Lucca della Robbia se le atribuye la invención del barro esmaltado que empleó en el tabernáculo de Santa María Novella en Florencia en combinación con el mármol para darle coloridoa la obra. Su taller, continuado por su sobrino, realizó gran cantidad de obras de terracota esmaltada que se difundieron por toda Europa.
Mientras en el resto de Europa imperaba aun el arte gótico, en Italia comienza en el siglo XV el Quattrocento o Renacimiento temprano. Sus antecedentes tuvieron lugar en el sur de Italia, en la corte de Federico II, bajo cuya protección nació una escuela artística que se anticipaba al Renacimiento del siglo XV. Fue la región de Toscana, durante el anterior período la que heredó esta manera de hacer escultura en la figura de Nicolás Pisano, su hijo Juan Pisano, Andrea Pisano (realizó las primeras puertas del Baptisterio de Florencia) y Nino Pisano.
Nicolás Pisano llegó desde Apulia a establecerse en Pisa (Toscana). Allí se mantenía todavía el arte románico y se empezaba a emplear el gótico. Nicolás Pisano recibió el encargo de labrar el púlpito de la catedral de Pisa, considerada como precursora del Renacimiento italiano.
Los escultores más importantes de este período fueron, sin lugar a dudas, Ghiberti, Donatello y Jacopo della Quercia, seguidos de cerca por Verocchio, ANtonio Pollaiuolo y Agostino di Duccio.
Esta etapa del Quattrocento comenzó con la realización de los relieves de las Puertas del Baptisterio de Florencia realizados por Lorenzo Ghiberti, un joven escultor de veinte años. El Baptisterio ya tenía dos puertas labradas por Andrea Pisano en 1330 y en 1401 se convocó a un concurso para las obras restantes. El concurso fue ganado por Ghiberti, terminando la primera de las dos puertas en 1424, su trabajo fue admirado por lo que la ciudad le encomendó la realización de la segunda puerta (Puertas del Paraíso, como se la conoce), considerada como uno de los grandes hitos del Quattrocento.
El segundo gran escultor de este período fue Donatello. Fue mucho más polifacético en su obra, concentrándose sobre todo en la figura humana. Donatello es considerado como el precursor de Miguel Ángel. Su mayor interés fue la figura humana en las distintas edades, abarcando toda clase de tipos, gestos variados, y expresando en su obra los estados espirituales más heterogéneos. En la escultura de bulto redondo Donatello difundió el retrato renacentista del busto cortado horizontalmente. Esta manera de presentar los bustos retrato fue adoptada por los escultores del Renacimiento y llegó casi hasta la época barroca.
Jacopo della Quercia es el único de este primer grupo de escultores que no es nativo de Florencia, sino de Siena. Su estilo es grandilocuente y masivo, en contraste con el estilo detallado de Ghiberti. Su obra maestra fue la portada central de San Petronio en Bolonia, que comenzó en 1425. En sus relieves domina la monumentalidad y el tratamiento de hercúleos desnudos, anticipándose al estilo de Miguel Ángel. Jacopo della Quercia es el autor de la Fuente Gaia de Siena, de las tumbas de llaria del Caretto en Luca y de Galeazzo Bentivoglio en Bolonia.
El grupo de la familia dela Robbia está encabezado por Luca della Robbia, que se dedicó casi por completo al tratamiento de la infancia y juventud de la figura femenina. Creó una escuela en la que introdujo la técnica del barro vidriado, que fue apareciendo en los más diversos temas, desde el pequeño relieve hasta el retablo con copiosas figuras. También trabajó en mármol y en bronce. Por su parte, Andrea della Robbia, sobrino de Luca fue el mejor dotado de sus seguidores. Es el autor de los tondos de niños labrados en el Spedali degli Innocenti (Hospital de los Inocentes) de Florencia.
Andrea del Veroccio (pintor, escultor y orfebre) estuvo muy influenciado por las obras de Donatello. Incluso llegó a repetir algunas de sus obras, como el David, entre otros. Trabajó en la corte de Lorenzo de Mecici en Florencia. Entre sus alumnos cabe mencionar a Leonardo da Vinci, Perugino, Sandro Botticelli y Ghirlandaio. Su influencia llega hasta el mismísimo Miguel Ángel.
El Cinquecento o pleno Renacimiento se desarrolló a lo largo del siglo XVI con características diferenciadas en cada una de las dos mitades del siglo, dominando el clasicismo en la primera y el manierismo en la segunda. Supuso el triunfo de las experiencias del Quattrocento. Una de sus características principales es el gusto por la grandiosidad monumental. Mientras los artistas del Quattrocento crearon escuela en Florencia, los artistas del Cinquecento crearon sus obras y desarrollaron su arte principalmente en la ciudad de Roma, centro artístico del nuevo siglo. El artista representativo de este período es Miguel Ángel, personaje de gran fuerza y personalidad.
Miguel Ángel Buonarotti resume en su persona casi todo el arte escultórico de su época en Italia. En los primeros treinta años de su vida conservó algunas tradiciones del siglo XV produciendo obras moderadas y bellas. De esta época son esculturas de la Madonna de Brujas y la Piedad con algunos Bacos y Cupidos y el David de Florencia, aunque, desde que recibiera los encargos de construir grandes monumentos, comenzó a desarrollar un estilo gigantesco, vigorosísimo, lleno de pasión, único y muy personal, como por ejemplo las estatuas de los sepulcros de los Médici, en Florencia, y la estatua de Moisés.
Sansovino fue un artista educado entre los artistas florentinos que se manifiesta en sus esculturas. Amante de la anatomía y del clasicismo, sobre todo en las estatuas que decoran los mausoleos del cardenal Sforza en la Iglesia Santa María del Popolo. Su discípulo Jacobo Sansovino trabajó en Venecia, siendo el gran difusor de la obra de Miguel Ángel. Una de sus mejores obras escultóricas es el Baco.
Finalmente nos encontramos con Benvenuto Cellini, quien fue escultor y orfebre de profesión. Su obra monumental de bronce de Perseo con la cabeza de Medusa fue un símbolo del triunfo de la familia de los Médici sobre la República florentina. Es también el autor del Cristo de mármol del Monasterio de El Escorial.
La escultura del Renacimiento se sirvió de toda clase de materiales, principalmente del mármol, bronce y madera. El bronce compitió con el mármol en monumentos funerarios, fuentes y pequeñas esculturas para decoración de interiores, así como en estatuas ecuestres. Las reproducciones de estatuillas de bronce tuvieron gran difusión en el Renacimiento, debido al gran número de coleccionistas. En Florencia fueron Antonio Pollaiolo y Andrea del Verocchio los iniciadores por encargo de los Medici y del taller de Leonardo da VInci se conservan pequeños bronces con el caballo encabritado.
La madera fue utilizada tanto en Alemania como en España, donde la riqueza forestal y el trabajo tradicional de la madera policromada estaba muy arraigado, utilizándolo en la realización de retablos y altares.
La terracota fue empleada como material más pobre, y por lo tanto más económico, se utilizó terracota de color natural y policromada. El artista italiano Pietro Torrigiano realizó en España varias esculturas de barro policromadas, algunas de ellas se conservan en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. A Lucca della Robbia se le atribuye la invención del barro esmaltado que empleó en el tabernáculo de Santa María Novella en Florencia en combinación con el mármol para darle coloridoa la obra. Su taller, continuado por su sobrino, realizó gran cantidad de obras de terracota esmaltada que se difundieron por toda Europa.
Mientras en el resto de Europa imperaba aun el arte gótico, en Italia comienza en el siglo XV el Quattrocento o Renacimiento temprano. Sus antecedentes tuvieron lugar en el sur de Italia, en la corte de Federico II, bajo cuya protección nació una escuela artística que se anticipaba al Renacimiento del siglo XV. Fue la región de Toscana, durante el anterior período la que heredó esta manera de hacer escultura en la figura de Nicolás Pisano, su hijo Juan Pisano, Andrea Pisano (realizó las primeras puertas del Baptisterio de Florencia) y Nino Pisano.
Nicolás Pisano llegó desde Apulia a establecerse en Pisa (Toscana). Allí se mantenía todavía el arte románico y se empezaba a emplear el gótico. Nicolás Pisano recibió el encargo de labrar el púlpito de la catedral de Pisa, considerada como precursora del Renacimiento italiano.
Los escultores más importantes de este período fueron, sin lugar a dudas, Ghiberti, Donatello y Jacopo della Quercia, seguidos de cerca por Verocchio, ANtonio Pollaiuolo y Agostino di Duccio.
Esta etapa del Quattrocento comenzó con la realización de los relieves de las Puertas del Baptisterio de Florencia realizados por Lorenzo Ghiberti, un joven escultor de veinte años. El Baptisterio ya tenía dos puertas labradas por Andrea Pisano en 1330 y en 1401 se convocó a un concurso para las obras restantes. El concurso fue ganado por Ghiberti, terminando la primera de las dos puertas en 1424, su trabajo fue admirado por lo que la ciudad le encomendó la realización de la segunda puerta (Puertas del Paraíso, como se la conoce), considerada como uno de los grandes hitos del Quattrocento.
El segundo gran escultor de este período fue Donatello. Fue mucho más polifacético en su obra, concentrándose sobre todo en la figura humana. Donatello es considerado como el precursor de Miguel Ángel. Su mayor interés fue la figura humana en las distintas edades, abarcando toda clase de tipos, gestos variados, y expresando en su obra los estados espirituales más heterogéneos. En la escultura de bulto redondo Donatello difundió el retrato renacentista del busto cortado horizontalmente. Esta manera de presentar los bustos retrato fue adoptada por los escultores del Renacimiento y llegó casi hasta la época barroca.
Jacopo della Quercia es el único de este primer grupo de escultores que no es nativo de Florencia, sino de Siena. Su estilo es grandilocuente y masivo, en contraste con el estilo detallado de Ghiberti. Su obra maestra fue la portada central de San Petronio en Bolonia, que comenzó en 1425. En sus relieves domina la monumentalidad y el tratamiento de hercúleos desnudos, anticipándose al estilo de Miguel Ángel. Jacopo della Quercia es el autor de la Fuente Gaia de Siena, de las tumbas de llaria del Caretto en Luca y de Galeazzo Bentivoglio en Bolonia.
El grupo de la familia dela Robbia está encabezado por Luca della Robbia, que se dedicó casi por completo al tratamiento de la infancia y juventud de la figura femenina. Creó una escuela en la que introdujo la técnica del barro vidriado, que fue apareciendo en los más diversos temas, desde el pequeño relieve hasta el retablo con copiosas figuras. También trabajó en mármol y en bronce. Por su parte, Andrea della Robbia, sobrino de Luca fue el mejor dotado de sus seguidores. Es el autor de los tondos de niños labrados en el Spedali degli Innocenti (Hospital de los Inocentes) de Florencia.
Andrea del Veroccio (pintor, escultor y orfebre) estuvo muy influenciado por las obras de Donatello. Incluso llegó a repetir algunas de sus obras, como el David, entre otros. Trabajó en la corte de Lorenzo de Mecici en Florencia. Entre sus alumnos cabe mencionar a Leonardo da Vinci, Perugino, Sandro Botticelli y Ghirlandaio. Su influencia llega hasta el mismísimo Miguel Ángel.
El Cinquecento o pleno Renacimiento se desarrolló a lo largo del siglo XVI con características diferenciadas en cada una de las dos mitades del siglo, dominando el clasicismo en la primera y el manierismo en la segunda. Supuso el triunfo de las experiencias del Quattrocento. Una de sus características principales es el gusto por la grandiosidad monumental. Mientras los artistas del Quattrocento crearon escuela en Florencia, los artistas del Cinquecento crearon sus obras y desarrollaron su arte principalmente en la ciudad de Roma, centro artístico del nuevo siglo. El artista representativo de este período es Miguel Ángel, personaje de gran fuerza y personalidad.
Miguel Ángel Buonarotti resume en su persona casi todo el arte escultórico de su época en Italia. En los primeros treinta años de su vida conservó algunas tradiciones del siglo XV produciendo obras moderadas y bellas. De esta época son esculturas de la Madonna de Brujas y la Piedad con algunos Bacos y Cupidos y el David de Florencia, aunque, desde que recibiera los encargos de construir grandes monumentos, comenzó a desarrollar un estilo gigantesco, vigorosísimo, lleno de pasión, único y muy personal, como por ejemplo las estatuas de los sepulcros de los Médici, en Florencia, y la estatua de Moisés.
Sansovino fue un artista educado entre los artistas florentinos que se manifiesta en sus esculturas. Amante de la anatomía y del clasicismo, sobre todo en las estatuas que decoran los mausoleos del cardenal Sforza en la Iglesia Santa María del Popolo. Su discípulo Jacobo Sansovino trabajó en Venecia, siendo el gran difusor de la obra de Miguel Ángel. Una de sus mejores obras escultóricas es el Baco.
Finalmente nos encontramos con Benvenuto Cellini, quien fue escultor y orfebre de profesión. Su obra monumental de bronce de Perseo con la cabeza de Medusa fue un símbolo del triunfo de la familia de los Médici sobre la República florentina. Es también el autor del Cristo de mármol del Monasterio de El Escorial.