sábado, 22 de diciembre de 2012

Palazzo Pitti



El Palazzo Pitti es un gigantesco palacio renacentista en Florencia, Italia. Está situado en la ribera sur del Arno, a muy corta distancia del Ponte Vecchio. El aspecto del actual palacio data de 1485 y era originalmente la residencia urbana de Luca Pitti un banquero florentino. Fue comprado por la familia Medicis en 1549 como residencia oficial de los grandes duques de la Toscana.

En el siglo XIX el palacio fue usado como base militar por Napoleón I y luego sirvió, durante un corto período, como residencia oficial de los Reyes de Italia. A principio del siglo XX el palazzo, junto con su contenido, fue donado al pueblo italiano por Victor Manuele III, por lo que se abrieron sus puertas al público y se convirtió en una de las más grandes galerías de arte de Florencia. Hoy en día sigue siendo un museo público, ampliado con colecciones de arte del siglo XIX y principios del XX.

La construcción de este edificio fue encargado en 1458por el banquero florentino Luca Pitti, amigo y aliado de Cosme de Médicis (1389 - 1464). La historia temprana de este palacio es una mezcla de mito y realidad. Se dice que Luca Pitti quería construir un gran palacio que desbancase el Palacio Médici Riccardi, dando precisas instrucciones sobre el tamaño de las ventanas (que debían ser mayores que el pórtico del Palacio Médici Riccardi). Personalidades tales como Vasari mantuvieron que Brunelleschi fue el verdadero arquitecto del palacio y que su aprendiz Luca Fancelli realizó simplemente la tarea de ayudarlo. Actualmente se atribuye el diseño del palacio a Fancelli.

El palacio original, aunque impresionante, no logró rivalizar en términos de tamaño y contenido con la magnificencias de las residencias de la familia Médicis. El arquitecto iba a contracorriente,  a la moda de la época, pues la mampostería almohadillada de la piedra reforzada por la repetición de vanos y arcadas dan al edificio una apariencia severa y dura, que recuerda más bien a un acueducto del imperio romano. Este diseño ha superado el paso del tiempo, pues la fórmula de su fachada se mantuvo durante las sucesivas ampliaciones del palacio.

El edificio fue vendido, en 1549, por Buonaccorso Pitti, descendiente de Luca, a Leonor Álvarez de Toledo, esposa de Cosme I de Médicis, Gran Duque de Toscana, que había sido educada en la lujosa corte de su padre, Virrey de Nápoles. Al mudarse al palacio, Cosme I encomendó a Vasari la ampliación del palacio para adecuarlo a sus gustos y necesidades. El tamaño del palacio aumentó considerablemente y se construyó un pasadizo elevado desde la antigua residencia real, el Palazzo Vecchio, atravesando los Uffizi y el Ponte Vecchio hasta el Palazzo Pitti.





Además se adquirieron unos terrenos al fondo del palacio en la colina de Bóboli, para crear un gran parque, los Jardines de Bóboli. El diseño original del jardín rodeaba un anfiteatro situado detrás del corps de logis del palacio, en el que se representaban obras de teatro de dramaturgos como Giovanni Battista Cini para la cultivada corte florentina. 

Cuando se terminó el proyecto de los jardines, Bartolomeo Ammanati (uno de los paisajistas de los jardines) centró su atención en la construcción de un gran patio tras la fachada principal, para unir el palacio con lo flamantes jardines. Para que estuviera al mismo nivel que la plaza, se tuvo que excavar en la ladera de la colina del Bóboli. La mampostería acanalada de este patio ha sido copiada en numerosos palacios, como hizo María de Médicis en su residencia parisina de Luxemburgo. Asimismo se introdujeron las finestre inginocchiate (ventanas orantes, ya que se parecen a un reclinatorio), reemplazando los vanos de entrada de ambos lados.

Entre los años 1558 y 1570, Ammanati construyó una escalera monumental, que permitiera acceder con más pompa al piano nobile (piso principal de una gran residencia) y añadió dos alas al palacio que rodeaban al recién creado patio. En el lateral que da al jardín proyectó una gruta, la llamada Grotto de Moisés, y sobre la terraza superior, a nivel de las ventanas del piano nobile, la Fuente de Carciofo, diseñada por Francesco Susini en 1641.

Durante el siglo XVIII se construyeron dos alas perpendiculares, a fin de crear una plaza central frente a la fachada, prototipo del cour d'honneur, luego copiado en Francia. Muchas otras alteraciones y adiciones menores se hicieron a través de los años bajo distintos gobernantes y a cargo de arquitectos diversos. 

El palacio y otros edificios dentro de los Jardines de Bóboli fueron divididos en cinco galerías de arte y un museo que albergan la mayor parte de su contenido original y diversas adquisiciones estatales. Las 140 habitaciones abiertas al público pertenecen a las ampliaciones del núcleo original que se hicieron en los siglos XVII y XVIII. Se conservan interiores antiguos y adiciones posteriores, como el salón del trono. 






El palazzo es en la actualidad un complejo museístico más grande de Florencia. El principal edificio palatino tiene una superficie de 32.000 metros cuadrados. Su división es la siguiente:


  • Galería Palatina: Esta galería es probablemente el más famoso conjunto que antaño formó parte de las colecciones Médicis. Este museo, que atraviesa los apartamentos reales, contiene obras de Rafael, Tiziano, Corregio, Rubens y Pietro da Coronta entre otros. Sigue manteniendo la apariencia de una colección privada, pues las obras de arte están dispuestas a la manera de un palacio, en vez de la colocación típica de los museos. La colección se abrió al público por primera vez a finales del siglo XVIII.
  • Apartamentos Reales: Son un conjunto de catorce estancias, usadas formalmente por la familia Médicis y sus descendientes. En contraste con los grandes salones de la galería palatina, muchos de estos cuartos son pequeños e íntimos que, aunque lujosos y formales, están más acordes a las necesidades cotidianas.
  • Galería de Arte Moderno: Esta enorme colección, que se extiende a lo largo de cuarenta cuadros. Incluye obras de los artistas del movimiento Macchiaioli (movimiento pictórico que se desarrolló en la ciudad italiana de Florencia en la segunda mitad del siglo XIX) y otras escuelas modernas italianas. Las pinturas de este movimiento, junto con la escuela de Toscana del siglo XIX fueron precursores del Impresionismo. En esta galería se exhiben cuadros de los años 1800 hasta 1939.



  • Museo de la Pocelana: Esta colección se abrió al público por primera vez en 1973, instalándose en el Casino del Cavaliere de los Jardines de Bóboli y está compuesta por piezas de las más famosas factorías europeas. Muchas piezas son regalos diplomáticos de cortes extranjeras y otros fueron encargadas por la corte del Gran Duque. 
  • Museo de la Plata: El Museo de la Plata, a veces llamado el Tesoro Médicis, contiene una colección de valiosa platacamafeos, trabajos en gemas semipreciosas y orfebrería de la antigüedad, ambas pertenecientes de Lorenzo de Médicis. 
  • Galería de Trajes: Esta galería, situada en una ala del palacio consta de un conjunto de vestuario teatral, que abarca del siglo XVI al siglo XXI, y las vestiduras funerarias de Cosme I de Médicis, su mujer Leonor Álvarez de Toledo y su hijo García. 
  • Museo de Carruajes: Situado en la planta baja del palacio, este museo muestra carrozas y otros enganches que se usaban en la corte de los siglos XVIII y XIX. Hay una gran variedad de coches de caballos, desde los más sencillos a los más ostentosos.

Comparado con muchos de los grandes palacios de Italia, el Palacio Pitti no destaca, a primera vista, (como lo hacen el Palacio de Turín o el Palacio Real de Caserta). La relevancia arquitectónica del Palacio Pitti es su severidad y simplicidad, una estructura que ha sido copiada repetidas veces a lo largo de la historia. Llama la atención por la magnificencia del tamaño, la fuerza y el reflejo de la luz en la repetitiva estructura de piedra de la fachada. Como en muchos otros palacios italianos, se debe entrar en el edificio para apreciar plenamente su arquitectura. 

En su sexto siglo de existencia, el Palacio Pitti está mejor mantenido y más espléndido que nunca, siendo visita turística obligada de los cinco millones de visitantes que recibe la ciudad anualmente. El edificio sigue impactando a todos los que lo visitan, exactamente para lo que fue construido. 




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