miércoles, 7 de diciembre de 2011

Casa de la Cascada (Frank Lloyd Wright)

CASA DE LA CASCADA (FRANK LLOYD WRIGHT)






La Casa de la Cascada (o Fallingwater) es la obra cumbre de Frank Lloyd Wright y uno de los hitos principales del siglo XX. Está situada en Bear Run, Pennsylvania (Estados Unidos) y fue terminada en 1937. Frank Lloyd Wright es considerado por algunos autores como el mejor arquitecto estadounidense, y a su vez la casa de la cascada su obra maestra. 

Diseñada entre 1934 y 1935 y construida entre 1936 y 1937 en Pennsylvania, Fallingwater fue la casa de campo de Edgar Kauffmann y su familia, dueños de un almacén de departamentos en Pittsburgh. Hoy en día Fallingwater es un monumento nacional de Estados Unidos que funciona como un museo y pertenece a Western Pennsylvania Conservancy.

Fallingwater sigue los principios de la arquitectura orgánica, enfatizados por Wright en su escuela y estudio Taliesin. Básicamente consiste en integrar en una unidad (edificación) los factores ambientales del lugar, uso y función, materiales nativos, procesos de construcción y el ser humano o cliente. 


Edgar Kauffmann era un hombre de negocios de Pittsburgh y dueño de los Grandes Almacenes Kauffmann. Su hijo, Edgar Kauffmann Junior estudió arquitectura por un corto período en la escuela-residencia Taliesin de Frank Lloyd Wright, en momentos en que no tenía muchos proyectos por realizar. Los Kauffmann compraron una parcela boscosa en las afueras de Pitrtsburgh con una cascada y algunas cabañas de madera, las cuales comenzaron a deteriorarse, por lo que Edgar Kauffmann pidió al arquitecto que le construyera una casa en dichos terrenos.


La Casa de la Cascada se convirtió para la familia en la casa en donde pasaban los fines de semana, desde 1937 a 1964. A la muerte del matrimonio Kauffmann su hijo vendió la propiedad a la Fundación Frank Lloyd Wright, ya que le era imposible afrontar los altísimos impuestos de la propiedad.








El edificio, construido en tres niveles, se encuentra en una roca sobre una cascada natural. Su composición es horizontal, su eje vertical quedó definido por la chimenea que sobresale por encima de la cubierta. El edificio crece desde adentro hacia afuera, según las necesidades del momento, pudiéndose modificar sin inconvenientes, ya que en  la idea de la arquitectura orgánica la construcción está llena de vida. 


Cada piso está diseñado por amplios voldizos (o terrazas) que se proyectan hacia todas direcciones. El exterior de la casa está en íntima relación con la naturaleza que la rodea. Frank Lloyd Wright trató de utilizar materiales naturales (madera, ladrillo, roca), logrando de esa manera una mayor integración entre el edificio y el bosque que lo rodea.


El espacio interior es amplio y libre, la gran sala de estar posee un muro de cristal que da directamente a la cascada para disfrutarla totalmente. La utilización de grandes ventanales elimina la separación entre las habitaciones, reflejando la luz natural, a loa vez que la proyectan hacia el interior.


El terreno en que se ubica la casa está lleno de rocas a nivel del suelo, las cuales fueron utilizadas como cimientos del edificio. La zona tiene un bosque  que se mantiene virgen, ya que solo un camino peatonal conduce hasta la casa y al arroyo del Oso del cual se desprende la cascada. Del terreno se extrajeron rocas que se transformaron en mamposterías de la parte baja de la fachada del edificio, siendo las formas octogonales de los voladizos y las paredes.






El edificio está en relación con el entorno, adaptándose sin problemas al medio ambiente. Los cimientos de las casas son las rocas, algunas de las cuales llegan a sobrepasar el ancho forjado de la primera planta. La casa de dos plantas se extiende horizontalmente  con voladizos y terrazas. Las ventanas se extienden verticalmente, pasando sin problemas de una planta a otra.


En la cara norte de la casa, opuesta a la cascada encontramos una serie de pérgolas que son utilizadas como toldo, sección llamada bosque de la casa. Las sombras que proyectan dichas pérgolas se asemejan a los troncos de los árboles, efecto que permite que las sombras de la casa se esfumen de aquellas de los árboles.


En interior de la casa se destaca por la particularidad de la distribución, ubicación y acabados de las habitaciones. Así las paredes de la sala de estar y del resto de la casa son iguales que las externas, con parte de mampostería de piedra del lugar. El techo con un diseño que envuelve las lámparas incorporadas en él y diseñadas especialmente para dicha casa, a lo que hay que añadir los suelos de piedra marrón  y la cocina con muebles diseñados por el propio arquitecto, como el resto del mobiliario, constituyen elementos distintivos de construcción.


Otra peculiaridad de esta obra es que la familia fue muy prudente en el mantenimiento y restauración de la casa. Años más tarde se  tuvo que intervenir la construcción para asegurar la conservación, tanto en la estructura de la casa como del entorno exterior. La Fundación Fallwater invirtió unos 11 millones y medio de dólares para realizar un refuerzo de acero que mantenga en pie esta maravillosa estructura.





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